Los espectadores de esta edición de GH VIP 6 se han propuesto darle la vida mártir a Telecinco. Se muestran enfadados y agotados por diferentes motivos: comentarios machistas y xenófobos que no se resuelven como en otras ediciones (mediante la expulsión), el contínuo desprecio a Miriam Saavedra (quién ya se ha convertido en la favorita) y las trampas de la directiva para poder poner en la palestra a quién más les conviene.
Por todo ello, las redes sociales se han movilizado y las primeras consecuencias ya se han hecho palpables para el programa que dirige Jorge Javier Vázquez.
El hashtag oficial ha pasado a la historia
Siguiendo la senda del directo de OT, la cadena decidió proponer a su audiencia del 24 horas un hashtag diario para poder comentar lo que sucedía en la casa. Sin embargo, desde el pasado viernes, la mayoría de la audiencia ha decidido utilizar su propio hashtag para compartir opiniones sobre el formato, #SomosLaAudiencia. Una proposición que lleva varios días subiendo a los TT del país mientras que los oficiales no aparecen. Incluso Quique Ramos, exconcursante del formato de convivencia, se ha unido a estas reivindicaciones. El primer batacazo del programa se materializa en que en las redes sociales no tienen mucho poder de convicción.
También es importante reseñar la pérdida generosa de seguidores que ha tenido la cuenta oficial del programa.
El día siguiente a la última gala, el viernes, perdió más de 7.000 seguidores. Aunque bien es cierto que estos últimos días ha vuelto a ganar algunas centenas de seguidores, el balance final sigue siendo negativo y en menos de una semana han perdido aproximadamente 8.000 seguidores.
Pérdida de audiencia
Aunque lo que ocurre en Twtitter es preocupante, es del share de lo que se alimenta un programa de Televisión.
El domingo, las redes sociales se movilizaron para llamar al boicot al programa de Sandra Barneda. Y lo cierto es que, aunque se consiguió parcialmente, el resultado no fue satisfactorio para ninguna de las partes.
El Debate perdió 245.000 espectadores y un 0,4 puntos de cuota de pantalla respecto al programa de la semana anterior.
Para las redes sociales, una caída muy leve para lo que se vaticinaba, pero para los directivos un primer toque de atención que puede desencadenar la catástrofe. Tan sólo el tiempo dirá si se reconcilian la audiencia y el programa o si por el contrario se recrudece la ya tensa relación entre ambos.