Para nadie era un secreto lo tormentosa que ha sido la relación sentimental entre María Lapiedra y Gustavo González, quien confesó sus sentimientos ante Cristina Soria. El paparazzi dijo a la psicóloga de Sálvame que tenía la autoestima por el suelo y además estaba muy tocada. Pero eso no era todo, también habló sobre la relación con María Lapiedra. Al paparazzi le parece que la colaboradora podría cansarse de él.
Confesó que el mayor de sus temores era que la ex actriz se cansase de él por triste y aburrido, ya que esos eran sus estados de ánimo últimamente.
Admitió sentirse aislado en el programa, sumido en la tristeza, cosa que no podría ser diferente y que le cuesta cambiar.
Confesiones de Gustavo González
Durante la sesión de coaching del paparazzi se pudieron divisar muchas cosas. Le preguntaron por varios aspectos fundamentales de su vida y el colaborador fue claro en sus respuestas. Comentó que aunque era un hombre introvertido, le gustaba relacionarse con las personas. Así que la poca comunicación que mantenía con sus compañeros de plató, lo llevaba a estar algo aislado.
Admitió que en los negocios le iba bastante bien y además hasta el momento no había podido hacer ninguna actividad a la que estaba acostumbrado y con las que se sentía muy a gusto.
El paparazzi admitió que no podía hablar de su familia. Al parecer le producía mucha tristeza el tema. Esto le afectó en su salud, ya que últimamente le costaba dormir. Puede ser un tema de estrés, lo cual de seguro era ocasionado por todo lo que había estado pasando los últimos meses.
Conclusiones
Gustavo González hizo el dibujo de su rueda emocional y salió un saco, lo que posteriormente explicó Cristina Soria, cuando dijo que era un cúmulo de emociones donde había cargado durante muchos años los sentimientos propios y de los demás.
La solución pasaba por no volver a crear esta carga.
Por tanto, tendría que resolver sus problemas sin ningún tipo de inconveniente. La psicóloga le dijo que si no quiere que los demás sufran, debe quitarse los pesos que lleve encima, pero sin llevar la carga a sus seres queridos.
Cristina Soria le recomendó pensar en él. Debía ser algo egoísta por una sola vez en su vida, se lo merecía y los demás se lo debían.
También le aconsejó que se expresara regularmente, ya que guardarse las cosas no hace ningún bien a nadie. Esperemos que Gustavo tome en serio los consejos de Soria, puesto que es una experta en la materia y se sienta mejor.