A mediados de mayo, 13 Reasons Why de Netflix estrena su segunda temporada, causando incomodidad, malestar, sorpresa y admiración por lo explícito de sus escenas. A continuación revisaremos lo más destacado de esta serie.
Los hechos de la primera temporada
La primera temporada estrenada en marzo de 2017 causó furor mundial por un tema que todavía es tabú en gran parte del mundo: el suicidio adolescente.
La serie está protagonizada por Hannah Baker, una adolescente que se trasladada a la escuela Liberty Hight para comenzar la secundaria en un nuevo lugar, pero durante sus dos años de secundaria recibió diferentes tipos de abuso y desatención que irrumpieron en su fragilidad, lo que la llevó a la fatal idea de suicidarse, pero no sin antes dejar 13 cintas en casette dedicadas cada una a las personas que la acosaron.
La segunda temporada toma un tono más judicial, pero no menos sentimental que la primera. En esta segunda entrega, los personajes ya están en su tercer año de secundaria, y todos tienen un semblante más oscuro y maduro. En medio de la tranquilidad, se revuelven las aguas debido a la demanda de la Madre de Hannah, Olivia Baker quien realiza un juicio acusando a la escuela Liberty High de ignorar las llamadas de auxilio de su hija, lo que desata y vuelve a traer al presente los miedos y remordimientos de todos los personajes principales y secundarios.
El resultado es sin duda un drama judicial yadolescente cargado de tensión, adrenalina y misterio.
La serie retoma escenas del pasado, las reconvierte o invierte los roles pasados, y cambia los contextos anteriores generando bastante discordancia entre lo conocido y la nueva imagen de los personajes que quiere construir, lo que resulta bastante incómodo.
Pero más incómodo es ver cómo la serie toma los momentos serios, y les quita totalmente la seriedad y se los demuestra poco trabajados y producidos, restando importancia a los momentos que deberían ser clímax.
Sin embargo, otros momentos los cuales no deberían ser de tal importancia, tienen un realismo y una intensidad brutal e inusitada en la primera temporada.
Situaciones como la destrucción tanto física y mental de personajes como Tyler Hawkins no tienen razón de ser, pero sin duda impactan e incomodan, lo que generó en principio críticas muy negativas hacia la misma.
El mensaje entregado al espectador
Quizá lo más importante que la serie logra es generar conciencia no solo de la violencia y bullyng escolar, sino fundamentalmente toma en el último tramo un mensaje en contra de la violencia contra las mujeres, y lo toma muy en serio, virando el punto de atención para que el espectador pueda comprender la situación de abuso diario y cotidiano que suelen sufrir las mujeres, lo que genera una profunda reflexión y se refleja con una calidad que todo adolescente debería ver para comprender la seriedad del tema.
A pesar de que la serie derrumba sus cimientos constantemente, logra su función que es entretener. Aunque lejos de generar conciencia sobre el suicidio, logra un fuerte mensaje feminista contra la justicia y el establishment actual de la mirada sobre el tema.
Cerca del final el tono es más entre comedia y drama que deja abierta la oportunidad para una tercera temporada, con una escena final tragicómica, algo cliché, pero que podría haber sido una oportunidad para generar impacto con conciencia real, pero nuevamente desaprovechado.
Sin duda, habrá nuevas temporadas de esta serie, ya con un crecimiento importante de los protagonistas superando la tragedia de Hannah, y que será muy interesante de ver.