Es curioso que con toda la campaña en contra que Telecinco a través de la ‘pandilla merendilla’ de Sálvame le ha hecho a María Jesús, esta haya conseguido hacerse un hueco en Supervivientes por méritos propios, incluso siendo salvada por la audiencia.

Cada uno de los concursantes, menos alguno de los más jóvenes, arrastra tras de sí un pasado, pero este nunca debería utilizarse para manipular a la audiencia impidiendo que los juzgue por cómo se comportan en el Reality.

Esta ha sido una edición particularmente conflictiva y no solo gracias a la maquinaria de Sálvame que ha esparcido porquería a diestro y siniestro, han sido algunas concursantes las encargadas de atacar a quienes han visto como rivales, con hechos de su pasado.

Hemos tenido que aguantar como Saray, junto con Raquel (no lo olvidemos, Saray llevaba la voz cantante pero Raquel era la cómplice necesaria) ponía en su punto de mira a Mayte Zaldivar y a su pareja Fernando, atacándoles con hechos que nada tenían que ver con su reality.

Lo de Romina con Raquel también fue deplorable, aunque ella aseguraba no saber nada de su vida ya que vive en Argentina. Viendo su comportamiento posterior me inclino a creerla. No tardó nada en pedir perdón a Raquel que nunca ha querido aceptarlo, siendo Raquel tan generosa y de buen corazón, como siempre pregona. Romina es una buena superviviente, ha ganado muchas pruebas y en su grupo si han comido caliente ha sido gracias a ella que es la que sabe hacer fuego.

Sofía se ha pasado dos largos meses despotricando contra todo bicho viviente, también María Jesús ha tenido que sufrir que le arrojase cosas del pasado como si fuesen cuchillos, porque tuvo el atrevimiento de decir que como Miss no servía.

Hay muchas diferencias entre las dos, pero una muy importante es que María Jesús no es rencorosa (y mira que tiene motivos tras la humillación que le hizo hace apenas una semana en el puente en el que podían reconciliarse) y no ha dudado en tenderle la mano e ir a coger caracolas con ella.

Todo por amor

Fu increíble verla comer grillos y larvas para poder conseguir unas llaves que abriesen los candados tras los que se encontraba su amado Julio. Los bichitos le daban verdadero asco, pero para ella poder abrazar a su novio era prioritario.

Julio y ella pudieron finalmente abrazarse y hacerse confidencias planeando su boda para el mes de septiembre.

Boda que en Sálvame parecen decididos a impedir. Si pudieron separar a Rosa Benito y Amador Mohedano, esto de ahora deben creer que no tiene que darles mucho problema.

Desde las primeras semanas del reality, no han parado de sacar vergüenzas o desvergüenzas al sol y desde que se ha afianzado en el reality van a por ella con toda la artillería y parece, siempre según ellos, que su pareja lo ha puesto fácil, aunque vamos a esperar y ver en que acaba todo.

Los redaños de la ex Miss España

No se le pueden negar. Ayer por la noche María Jesús se ganó con creces llegar a la final. No solo quedó campeona en la semifinal de supervivencia frente a Sofía y Raquel. Final que no disputará gracias a la audiencia que ha preferido a Sergio, con lo bonito que habría sido ver enfrentarse a estas dos mujeres.

Y aquí una vez más la campaña de acoso y derribo contra ella ha dado sus frutos.

También nos dejó uno de los mejores momentos de este reality cuando como buena empresaria, negoció su ‘tentación’ y accedió a raparse el pelo, lo que en una mujer es algo traumático (y más si está esperando a llevar una bonita melena el día de la boda) a cambio de poder comer durante tres días.

María Jesús demostró ser una autentica superviviente al priorizar el poder comer a una cuestión meramente estética. Nadie debería quitarle la posibilidad de ser finalista en Supervivientes 2018.