Telecinco y Jorge Javier Vázquez cada día retuercen más el Reality. Han conseguido ser líderes de audiencia salvamizando el que era el mejor programa de supervivencia. Ahora están en el Olimpo y ya todo les resbala, por eso cambian las normas a su antojo, cuestionan a quién les parece y ni siquiera reconvienen a quien insulta y acosa, sobre todo si esa es: Sofía Suescun.
Raquel y su estrategia victimista
Lo de Raquel (y que me perdonen sus seguidores) es ya no solo cansino, sino tan deformante como esos espejos de feria que alargan o achatan la figura buscando arrancarte una sonrisa.
Vamos a ver señora mía: Romina es muy joven (podría ser su hija) y algo chula, nada, por cierto, comparado con la chulería de su 'nueva mejor amiga': Sofía, pero que en un momento de enfado al sentirse despreciada no habiendo aceptado su perdón, diga: “Si llega la unificación se va a enterar” no es ninguna amenaza ni contra su integridad física, ni contra nada y usted lo sabe.
Aprovechar eso para de nuevo lanzar su habitual speech afirmando lo buena y generosa que es usted que no tiene conflictos con nadie como toda España sabe (De lo de Rocio y la familia de su difunto marido, no hablamos ¿No?) cuando a excepción de Sofía en la isla (de esa ‘amistad’ hay para escribir un libro) digamos que ‘nadie del resto la entiende’.
Y que encima repita la palabra amenaza unas ocho veces, como si Romina estuviese preparando la mayor de las maldades, demuestra no solo que tiene usted una estrategia clarísima, demuestra también que como el dios Jano, también tiene dos caras y esta semana una de ellas se le ha caído.
Romina es algo boba e incluso peca de ingenua ya que no esconde sus enfados, que no pasan de simples rabietas, pero usted señora Mosquera no da puntada sin hilo y la ve como una gran rival, que gana pruebas y que se ha hecho un hueco en el concurso.
Decirle que: "tendría que estar fuera de aquí" para hacerla saltar, demuestra que va a por ella, como fue (en connivencia con su otra gran amiga Saray) a por Mayte Zaldivar y a por Fernando.
La prueba de líder
A los que por trabajo no tenemos más remedio que desmenuzar Supervivientes, nos parecía claro que iban a hacer todo lo posible para que Sofía fuese líder y por lo tanto no pudiese estar nominada, pero seguramente nos equivocábamos y no querían eso o tal vez temían que la audiencia dijese TONGO, claro que llegar a inventar otra regla nueva para evitarlo es rizar el rizo.
Si Sofía se hubiese enfrentado en la prueba con Romina, hoy la situación sería con toda probabilidad muy diferente, pero el inefable Alberto o no lo pensó bien o hizo suyo aquello de: “Para lo que me queda de estar en el convento…..” e hizo que fuese María Jesús su contrincante. Fue un buen contrincante pero no tenía posibilidades y pasó lo que pasó.
Su forma de celebrar el triunfo mofándose de sus compañeros y llamándoles reventados, demuestra que sabiendo como sabe que tiene a Telecinco de su lado, está dispuesta a las mayores canalladas que ya hemos visto no han tenido, ni van a tener contestación. Ese J. J. diciéndole entre sonrisas cómplices que: “hay que saber ganar” fue tremendo.
Sexo, mentiras y cintas de vídeo
Lo de Sofía, Hugo y Melissa ayer, fue la gota que colmó el vaso de la desvergüenza en grado superlativo. Melissa que ha sido un auténtico mueble de Ikea, tomó conciencia de ello cuando fue nuevamente nominada y de ahí su estrategia de contar lo que no es que dudemos que haya podido suceder, dudamos que haya pasado como ella lo cuenta o como lo contaba ayer Sofía, maestra en darle la vuelta a todo tipo de situaciones para llevarse el agua a su molino. En eso hay que reconocerle el mérito a la navarra.
Melissa contaba en un principio que era Sofía la que había besado apasionadamente a Hugo junto al barril de agua y la que le había metido mano “en todo el tema” con nocturnidad y alevosía.
Sofía desde la palapa, con su habitual educación y finura extrema, lo que contaba es que Hugo había ido a provocarla y que esa noche le había pedido que lo aliviara manualmente.
Hugo lo negaba al borde del parraque y aseguraba que era Sofía quien se le había insinuado anteriormente diciéndole que le encantaría que se enrollasen sexualmente. Lo más curioso es que Melissa parecía desdecirse de su versión apoyando la de Sofía, mucho más jugosa ¡Dónde va a parar! Si hay que liarla, se lía hasta el fondo.
Los gritos se debían de oír a varios kilómetros a la redonda. El denigrante espectáculo estaba servido en la palapa y en el plató, donde la madre de Hugo afeaba a Melissa que apoyase la versión de Sofía cuando minutos antes había dado otra distinta, diciéndole además que se veía que se había puesto de acuerdo con ella para tirar a su hijo por los suelos.
Todo se saldaba con un Hugo destrozado negando la mayor y Sofía de nuevo triunfante sin nadie que le pare los pies. No solo no se los paran sino que le dan nuevas alas al nominar disciplinariamente a Logan ya Sergio por ¿Saltarse las normas? (me vais a perdonar que me ría) cuando a ella que hace del insulto, el acoso y la vejación sus divisas ya no es que no se la nomine es que ni siquiera se le dice ¡Basta!