Cuando creíamos que ya lo sabíamos todo y más allá sobre la gran protagonista de la actualidad rosa patria nos hemos dado cuenta de que ni mucho menos.

Eso es al menos lo que se desprende de las decenas y decenas de reacciones que se están produciendo a la polémica publicación llevada a portada por nuestros compañeros de 'Look' de OK Diario en las que se daba a conocer la cara más íntima, menos conocida y más opulenta de la colaboradora mejor pagada de Telecinco.

Y es que la citada publicación, tras una ardua tarea de investigación, tenía acceso a todos los datos que dejaba Belén Esteban tras su última escapada vacacional de la semana pasada junto a su novio Miguel Martos en las islas Canarias.

Concretamente en la isla de Tenerife y en concreto al que califican como "su hotel", el Gran Meliá Palacio de Isora, un resort de puro lujo solo apto para bolsillos de lo más pudientes que cuenta con cinco estrellas y, como es de esperar, con todo tipo de comodidades.

El carísimo lujo de la Esteban

Sin embargo, tal y como se ha filtrado, la de San Blas no habría acudido a este hotel como una huésped. Ni mucho menos. La que fuera mujer de Jesulín de Ubrique y su novio habrían sufragado un apartado, mucho más caro, conocido como Red Level.

Una zona solo apta para cuentas corrientes hasta los topes en la que el objetivo de todo el equipo que trabaja en ella es saciar cualquier petición, por rara que sea, de quienes la ocupen.

Es por eso que, entre otras facilidades, esta ala del hotel contaría con un servicio de mayordomo propio por cliente durante las 24 horas, un equipo de seguridad especial para esta zona y, lo que está llamando la atención de muchos de sus seguidores y que le está costando las mayores de las críticas, la expresa promesa de que ningún niño puede acercarse en un determinado radio a esta zona.

Belén y su hotel "sin niños"

Bajo el pretexto de ofrecer la mayor tranquilidad y el mayor relax posible a los clientes de esta zona VIP, muchos creen que se esconde una latente "niñofobia" de la que cada vez más establecimientos hoteleros estarían haciendo gala.

Dado que Belén aceptaba esta condición para estar, parece que en la tranquilidad absoluta, a los calificativos de "clasista" y "ricachona" y otros similares se le adhería el de "niñofóbica" que más de uno le regalaba en las siempre salvajes redes sociales.

El tema viene calentito y, si la cosa sigue por la senda que está tomando, no se descarta que Belén hable y cuente su versión sobre toda esta polémica.