Mercedes Milá logró tener pendiente de sus declaraciones a más de 2 millones de espectadores, al registrar en la noche de ayer un 11% de share. La periodista habrá consultado hoy el dato con una sonrisa de oreja a oreja, pues a ella, como compartió con Évole, "le importa muchísimo la audiencia. Es el resultado de nuestro trabajo, la aceptación o negación de él".
Un sueldo dirigido a Open Arms
El programa empieza con un plano secuencia en el que vemos a una Mercedes feliz, que camina al encuentro del periodista Jordi Évole, a quien le otorga una rosa blanca y dos libros de su editorial como obsequio.
Milá explica por qué pide dinero para participar en el programa. El sueldo obtenido a cambio de la entrevista va redirigido a la ONG Open Arms, organización que esta misma mañana conseguía que su barco retenido en Sicilia fuese por fin liberado tras un mes de protestas. La embarcación había sido inmovilizada de forma cautelar el pasado 17 de marzo por una acusación de "inmigración clandestina", al negarse a entregar a unos 70 naúfragos rescatados a Libia.
La periodista declaraba lo siguiente al respecto en la noche de ayer: "Cuando la gente hace lo más difícil, resulta que les ponen más problemas. Entonces lo que yo hice fue decirte: Jordi, yo voy a tu programa, pero esos 10.000 van directos a Open Arms".
Crítica con la monarquía
"Así no" le decía Puidgemont al Rey, y así mismo, lo repetía ayer una Mercedes Milá que dijo mantenerse contraria a la prisión provisional.
Minutos más tarde, declaraba que el Rey Felipe VI necesita una entrevista, "quitarse la corbata, dejarse el pelo algo más largo por atrás y ser un tío como lo era Felipe, y hablar con toda naturalidad". No comulga con su discurso, pues en el que no hay cabida para un recuerdo a todas las víctimas a manos de la violencia de los agentes el día del famoso referéndum.
Considera que necesita ser empático, no ser tan políticamente correcto. La situación, según Milá, requiere valentía.
La reina tampoco se salva del juicio de Milá, quien considera que su gesto para con la madre de su marido fue "una estupidez".
Una bestia televisiva frente a Aznar
Desde siempre quiso trabajar en televisión. Empezó en los deportes y fue escalando poco a poco, como se aprecia a partir del visionado de la selección de las imágenes de archivo, realizada por el equipo de Salvados.
Vemos en ellas a una Mercedes Milá coqueta y cariñosa con sus entrevistados, con una Aznar que se estaba presentando a la sociedad española. En las imágenes se ve cómo el expresidente del Gobierno español declara no haberse enterado de nada durante el franquismo, porque estaba en la Universidad, a lo que la Mercedes del presente objeta que "precisamente los estudiantes fueron los que más hicieron contra el franquismo".
La depresión casi acaba con la bestia
Mercedes se desnudó ayer en Salvados para mostrar al mundo que si ella, que se come el mundo "ha salido de la mierda", cualquiera lo puede hacer. La excesiva dedicación al mundo televisivo le llevó a padecer una depresión. Los médicos le dijeron que no podía seguir haciendo Gran Hermano, y lo dejó por esto y porque ella quería decirle adiós al formato.
Hace pocos meses que ha empezado a recuperarse. Sin embargo, el miedo a que aparezca de nuevo el muestro la sigue acompañando allá a donde va.
De entrevistada a directora de su propia entrevista
Ya lo anunciaba Évole al inicio del programa: "Cuando admiro a alguien y le entrevisto, siempre tengo la sensación de que no le hago la entrevista bien". Y no se equivocaba tanto porque, aunque la entrevista fue un regalo para la audiencia, estuvo orquestada totalmente por la entrevistada. El grito de "Espera" o el "déjame interrumpirte en una cosa" cuando Évole se dispone a intervenir es una clara muestra de quién llevaba la batuta de la conversación: Mercedes Milá.