De todos es bien sabida las preferencias que tiene el Rey Felipe VI por los colores rojiblancos al declararse un ferviente seguidor del Atlético de Madrid. Pero lo que pocos ciudadanos esperaban que estos mismos colores le iban a traer un grave problema político a la institución monárquica. Porque apareció en la final de la Copa del Rey que disputaron el Fútbol Club Barcelona y el Sevilla con una corbata con los colores rojo y blanco. Precisamente las señas de identidad de uno de los contrincantes. Hasta el punto de que ha provocado la indignación en buena parte de la opinión publica de Cataluña al considera que se ha puesto a favor de uno de los finalistas en este acontecimiento deportivo.

No han tardado en generarse los primeros síntomas de desaprobación con esta actuación tan inusual de un monarca. Con la aparición de comentarios en las redes sociales con frases como “La corbata del rey y la parcialidad”. Por otra, el periodista Eduardo Voltas ha aludido al aislamiento de Felipe VI en "la entrega de medallas a los jugadores". Aunque una de las opiniones más duras por la indumentaria del rey es la que ha procedido del vicepresidente primero de la Mesa del Parlament, Josep Costa. No ha tardado en responder a esta provocación con un comentario que califa de "mensaje político de una hostilidad sin precedentes hacia todos los seguidores del Barça".

Abucheado por los seguidores culés

Como era fácil prever la presencia del Rey de España en el Wanda Metropolitano su recibida con una sonora pita por parte de los seguidores del Barcelona. Hasta el punto que tuvieron que subir el volumen del himno español para tratar de difuminar la intensidad de la protesta en contra de los signos de identidad españoles.

Una noticia que ha tenido un amplio eco en los medios de comunicación internacionales que se están preguntando si es verdad que hay libertad de expresión en España en estos momentos.

Juntos por Cataluña pide la dimisión del ministro del Interior

Otro de los efectos de esta final de la Copa del Rey es que la policía impidió a los seguidores catalanes acceder al recinto deportivo con una camiseta amarilla en forma de protesta por las detenciones políticas llevadas a cabo.

No en vano, los grupos políticos favorables a la independencia en Cataluña han demandado la “dimisión inmediata” del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, como precursor de esta polémica medida.

Hasta el punto de denunciar que buena parte de los aficionados han sufrido intimidaciones y abusos. En otra medida que no han sido muy bien recibida desde los principales partidos de Europa.