Y se cumplió la primera semana en Supervivientes 2018. El tiempo vuela y casi sin que hayan podido ver muchos vídeos y hacerse una idea más clara de con quién congenian más y con quién menos, la audiencia tiene que decidir cuál es la primera concursante desterrada de la presente edición del Reality show más extremo de la Televisión española.

Isabel Castell, Mayte Zaldívar, Melissa Vargas y Saray Montoya son las cuatro primeras nominadas que, a partir de las 22.00 horas, cuando arranque la segunda gala del programa, se están jugando las habichuelas con el objetivo de aguantar una semana más en Cayo Perdido, lo que no parecerá posible.

Y es que, fijándonos en lo que vienen barruntando las principales encuestas para sondear las opiniones de los mismos que deben tomar sus teléfonos y votar para expulsar o salvar a las nominadas, vemos cómo a pocas horas de que se abra el sobre que revele el nombre de la primera apestada todo parece bastante claro.

Si nos fijamos en los votos para salvar que ofrece el portal de referencia en este asunto especializado en televisión, el de Fórmula TV, vemos cómo Saray Montoya, quien más votos está acumulando para salvarse, no tiene opción alguna de volver a casa antes de hora.

Lo mismo le sucede a la más conocida de las cuatro nominadas como es Mayte Zaldívar. Como la protagonista de Gipsy Kings cuenta con más del 30% de los votos para que siga dando guerra en Honduras y deja la expulsión pues, en cosa de dos.

De nuevo, los nombres menos conocidos para la audiencia, como son los de Isabel Castell y Melissa Vargas, son los que se enfrentan por continuar su sueño de ganar SV 2018. Algo que, si no cambian demasiado las cosas en muy poco tiempo, no podrá hacer la buena de Isabel, ya que su diferencia de más de un 5% de apoyo menos que Melissa la convierten en la principal candidata a convertirse en la primera 'asilvestrada'.

La primera 'apestada' de SV 2018 será 'asilvestrada'

Y es que será así como se le llame a la concursante que esté durante unos días sola y apartada en busca de una repesca que quizás nunca llegue. Una suerte de segunda oportunidad que no durará más de una semana, el tiempo que tarde en llegar el segundo apestado para sustituirla.

A modo de recordatorio, cabe subrayar que la decisión de expulsión todavía no está cerrada y que solo con las llamadas oficiales se puede dar la vuelta a las encuestas. Estas están encaminadas, pero no decididas al cien por cien. Eso está en manos de la audiencia.