Como muchos sabréis, la gala comenzó con un discurso de apertura del presentador Jimmy Kimmel, asentando el tono que tendría el resto de la entrega de premios. Kimmel, en su monólogo, trató el tema de la expulsión por parte de la Academia de Harvey Weinstein, alegando que "De entre muchos candidatos era el que más se lo merecía". Pasó a hacer una sátira de cómo la figura del Oscar era "el tipo de hombre que Hollywood necesita", ya que tiene las manos a la vista y carece de genitales. Kimmel, como era de esperar, habló del terrible error del pasado año con un fresco sentido del humor y por último pidió a los futuros ganadores de los premios que se esforzasen por acortar sus agradecimientos, ofreciendo una moto acuática a quien hiciese el discurso más corto.
Si bien este monólogo de apertura es descrito por algunos medios como "duro", las palabras del anfitrión Jimmy Kimmel fueron simplemente sensatas y esperadas.
La estrella de la noche fue Guillermo del Toro con La Forma del Agua, ganando, entre otros, el premio a mejor director. Los agradecimientos de Guillermo del Toro tuvieron un pequeño toque político de reproche, ya que mencionó que él es inmigrante, "Como muchos de vosotros". Estemos de acuerdo o no con los criterios de la Academia para elegir a los y las premiadas, no es aventurado decir que la carga social y política de los premios estuvo acorde con la realidad en Hollywood. Los Oscar siempre han sido una gran oportunidad de reivindicación (aunque nunca radical, por supuesto) a favor de las minorías en la industria.
No es algo nuevo que las mujeres reivindiquen la ínfima presencia de nominadas, o que la comunidad negra exija visibilización. Sin embargo, sí es algo nuevo que estas reivindicaciones se escuchen y sean tomadas en serio.
Frances McDormand pide acción
La ganadora del Oscar a mejor actriz por Tres Anuncios en las Afueras, dio uno de los discursos (por no decir el discurso) más emotivo de la ceremonia.
Comenzó confesando que estaba hiperventilando, y pidió por favor que si se caía que la levantasen, porque tenía cosas que decir. Tras sus agradecimientos no dudó un segundo en pedir a todas las mujeres nominadas que se levantasen de sus asientos y hacer que todo el mundo mirase a su alrededor. Continuó diciendo: "Todas tenemos historias que contar y proyectos que necesitan financiación.
No nos habléis de eso esta noche en la fiesta, invitarnos en un par de días a vuestras oficinas, o podéis venir a las nuestras, lo que mejor os venga, y os lo contaremos todo sobre ellos".
Fue así como frances mcdormand no se limitó solamente a celebrar el nuevo amanecer para las mujeres en Hollywood, o a hablar de lo mucho que necesita el feminismo, no. McDormand firmemente pidió acción, pidió que no sólo se hablase de igualdad, si no que se actuase para conseguir esta. Porque es fácil que en la ceremonia se hable sobre igualdad y la lucha de la mujer, pero la realidad es que con esto no basta. Porque lo que ha cambiado esta 90ª edición no ha sido el mensaje, sino los oídos que lo escuchan.