Que Jorge Javier Vázquez tiene una especial debilidad por pasar por el quirófano cada cierto tiempo para limar todo aquello que le molesta de su aspecto físico no es nuevo. De hecho es conocido por todo el mundo.

Lo es hasta el punto en el que, en alguno de los muchísimos debates en los que se ha tratado el tema de las operaciones de estética en Sálvame, el conductor de Gran Hermano, Sálvame, Sábado Deluxe o Supervivientes llegaba a reconocer que ha perdido la cuenta de los retoques que lleva hechos.

Por si esto fuera poco, en una de sus confesiones más íntimas con este mismo tema como eje principal de la confesión, llevaba a revelar por sorpresa y ante la alarma de muchos de sus fans y allegados que le había cogido el gustito a "ese momento en el que te ponen la aguja".

Sin duda, unas declaraciones de lo más peligrosas que le costaban no pocas reprimendas desde distintos colectivos por hablar así de un tema tan serio como es meterse en un quirófano.

Lo que parece no esperaba el presentador más prolífico de Mediaset España es que tantísimos cambios en su rostro -y otras partes de su cuerpo- le iban a costar una reprimenda de lo más sincera de labios de su madre, con quien este se marchaba a pasar cinco días al Mar Caribe la pasada semana.

Así lo narraba el mismo en la columna de la que dispone en la revista Lecturas asegurando que durante el viaje en avión a la República Dominicana su progenitora no dejó de echarle en cara la cantidad de cambios que notaba en relación a la última vez que le había visto.

De hecho, prácticamente le prohibía -después de indicarle que no le sentaba nada bien- que se pusiera "más bótox" en los labios. Cuestión que la hacía gracia al catalán ya que a pesar de los distintos tratamientos que este se ha realizado en la zona labial el bótox no es uno de ellos.

Jorge Javier y sus retoques interminables

Donde sí se habría puesto este material sería en la frente. Algo que también se lo echaba en cara su madre indicándole que ese tipo de operaciones le quitan "toda la expresión" al rostro a quien se las pone y busca la pócima de la eterna juventud por un camino equivocado.

Este, después de prometerse que no está entre sus planes de futuro volver a realizarse inyecciones de este tipo en la frente, se excusaba asegurando que en el pasado se las puso porque "estaba de moda". De nuevo otra frivolidad que, a buen seguro, le cuesta que nuevos colectivos lo pongan en el centro de la diana por este asunto. Sea como fuere, a J. J. le da igual. Lo que le importa es verse bien.