El nieto preferido del rey emérito Juan Carlos I pasa por ser el enfant terrible de la monarquía española. Desde su posición social, no es de extrañar que los guardaespaldas encargados de su seguridad se hayan plantado hasta decir basta. Desde el programa de la prensa rosa Sálvame se hace eco de esta sorprendente noticia al afirmar que “Froilán se queda sin escolta por su mal comportamiento”.
Por otra parte, otro de los colaboradores del programa de Telecinco, Suso, va aún más lejos en sus averiguaciones al apuntar que tiene pruebas contundentes sobre que el sobrino mayor del Rey de España, Felipe VI, hubiese protagonizado un serio incidente en una conocida discoteca de la noche madrileña.
Hasta el punto que le constataría que estaba con alguna copa de más.
Para el colaborador de Sálvame todo está y muy claro y es que piensa que Froilán Borbón “es el hijo de quien es y se cree Dios”. No en vano, no es el único incidente de estas características que ha protagonizado durante los últimos años. Siempre bajo la atenta mirada de varios guardaespaldas que están cobrando sus sueldos del erario público, cuando realmente Froilán no es miembro de la Familia Real. A diferencia de lo que pasa con otras monarquías europeas.
Los guardaespaldas de Froilán están cansados
El carácter infantil del miembro de la saga de los Borbón está dando muchos quebraderos de cabeza a los miembros de los cuerpos de seguridad que están encargados de escoltarle.
Su afición a las mujeres, discotecas y alcohol les han hecho jugar unas malas situaciones en algunas noches de la movida madrileña.
Unas aficiones que por otra parte no son del agrado de su vigilancia y que han decidido comentar que “están completamente cansados de los conflictos, las broncas, los horarios intempestivos y los caprichos de Froilán”.
Hasta el punto de poner de manifiesto que no son una niñeras, tal y como desveló el mediático colaborador de Sálvame, Gustavo González.
Una vida poco ejemplo del pequeño Borbón
No se puede decir que la vida de Froilán Borbón sea todo lo ejemplar como correspondería a un miembro de la realeza española. Hasta el punto de que es un secreto las asignaciones económicas que tiene el hijo mayor de Elena de Borbón.
No en vano, tan solo ha tenido trabajos esporádicos que no le pueden permitir mantener un tren de vida como el que lleva desde hace muchos años. En donde el lujo y la sofisticación es uno de los denominadores comunes de sus actuaciones. Tal y como le gusta a su padre, Jaime de Marichalar, desde que se casó con la hija del rey emérito.