Para muchos era un genio, rompedor en el humor y que tenía un estilo minimalista, poco común en su momento. Para otros, más minoría, lo veían como muy lento, soso y monótono. Algo de cierto puede haber en todo ello, pero no niega para nada su talento. Su nombre era Eugeni Jofra i Bafalluy, más conocido como Eugenio, que nos dejó con 59 años el 11 marzo 2001. Aquí lo recordamos y le hacemos un homenaje.

Fue en 1980, después de una década de carrera como Humorista, cuando se hizo popular fuera de Catalunya, en el programa televisivo “Cosas”, que co-presentaban Joaquín Prat padre desde Madrid y Mònica Randall desde Barcelona.

Y en la actualidad, muchos que lo desconocían lo han descubierto gracias a la recreación dirigida por su hijo Gerard, como “Reugenio”, en los escenarios.

Su expresión seria a lo Buster Keaton o como esos actores de humor inglés y su fuerte acento catalán al hablar en castellano mezclando expresiones catalanas como “El saben aquel que diu”, tomándose su tiempo para contar cada chiste, en medio de fumar cigarrillos sin parar y beber naranjada, sentado en un taburete ante una mesa y vestido siempre de negro, era su tarjeta de visita. Y con la palabra “diu” (dice) para pasar del diálogo de un personaje a otro.

De joyero a cantante de Los Dos con su mujer

Empezó como joyero, pero luego acabó formando un dúo musical con su primera esposa, Los Dos, que debutaron en la desaparecida sala Sausalito de Barcelona, y era un notable cantante.

Incluso estuvieron a punto de ir a Eurovisión, aunque al final fue Julio Iglesias.

Hasta que un día empezó a contar chistes, casi de casualidad, y ahí se quedó. Se grabaron muchos casetes con sus chistes (el primero en 1978), hizo anuncios, actuó en cientos de salas de toda España y su humor era el no va más, lejos de otros chistosos de gesto histriónico y actitud al borde del ataque de nervios como estilo cómico.

Eso sí, en 1980 sufrió la pérdida de su esposa, Conchita Alcaide, por un cáncer. El contar chistes en el escenario fue de mucha ayuda para él. Su famoso semblante serio era precisamente por la muerte de su esposa, que nunca pudo superar. Más adelante se casaría con otra Conchita, Ruíz. Tuvo tres hijos de ambas.

En 1983, en la cima de su popularidad, probó suerte en el Cine, con su única película como protagonista absoluto, “Un genio en apuros”, de Lluís Josep Comerón, acompañado de grandes secundarios como Agustín González y José Luis López Vázquez, en una delirante trama con él mismo como un personaje inadaptado al mundo, que intenta descubrir si todo lo que nos pasa obedece a una lógica rigurosa.

Irregular película, un tanto chapucera, que tiene como su mejor escena aquella en que Eugenio explica a un banquero (cameo de Antonio Ozores) lo que le parece a él trabajar en un Banco, es decir, algo detestable.

El corazón le perjudicó mucho en sus últimos años

Siguió actuando muchos años, hasta que a mediados de la década de 1990 tuvo un infarto y tuvo que estar inactivo varios años. En 1999, volvió a trabajar, hasta que el 11 marzo 2001 tuvo otro ataque al corazón, que como habían previsto los médicos, no pudo superar. Pocas horas antes pudo conocer a su primera nieta, hija de su hijo Gerard, que ya le dio otro nieto, el que le ha “resucitado” con su recreación de “Reugenio”, ya comentada.

Era muy querido entre sus colegas del humor.

Tanto que cuando hizo su primera actuación en otro país, en México, otro maestro del humor, Mario Moreno “Cantinflas”, le felicitó después de su actuación.

Un homenaje sincero y correcto a su talento lo logró el programa “Còmics” de TV3, presentado por Àngel Llàcer, donde contaba detalles poco conocidos de su vida e incluso hizo el experimento de contar algunos chistes suyos a un grupo de chinos, eso sí, traducidos al chino.