La estrategia desde la zona noble de Mediaset España está clara: hay que agitar el programa, realizar algunos retoques y llamar la atención de aquellos espectadores que se han perdido por el camino.

Después de que la semana pasada se confirmara la pérdida de liderazgo de "Sálvame" en favor de la propuesta vespertina de Antena 3 se han empezado a apreciar distintos signos de una necesidad de realizar cambios lo antes posible y de máximo calado enfocados a recuperar a la audiencia más morbosa por un lado y también a la más crítica por otro.

Fruto de estas consignas en el último programa observábamos un par de gestos de lo más notorios y que no dejaban lugar a dudas de que las cosas ya han empezado a cambiar.

No queda otra si se quieren cosechar datos que obliguen a los de "arriba" a volver a apostar la próxima temporada por un formato que cotiza a la baja.

La primera, encaminada a recuperar a aquellos telespectadores más críticos y que exigen información más crítica, suponía la marcha del plató de uno de los colaboradores más importantes e incisivos de este espacio. Hablamos de Kiko Hernández, a quien la dirección conminaba a desempeñar una nueva labor muy distinta a la que está acostumbrado el madrileño.

Lo mandaba, directamente, a la redacción. A trabajar durante la emisión llamando a sus contactos, contrastando la información y soltando las bombas según las iba contrastando. En este caso todas iban encaminadas a despellejar públicamente al compañero más vilipendiado del programa en los últimos tiempos: Gustavo González.

Un linchamiento que, por otro lado, estaba enfocado a la otra parte de la audiencia que tanto dista de la primera y que también necesita su particular "carnaza". Hablamos de los más morbosos. Los que quieren que haya enfrentamientos, que estos sean personales entre los propios miembros del programa y que si puede ser la cosa acabe en lágrimas y abandonos de plató a modo de serial o culebrón.

Cambios en "Sálvame" para recuperarlo

Dicho y hecho. Además de la revelación de la posible infidelidad de Gustavo González con una amiga de su ex mujer, Terelu Campos seguía el guion y hablaba de una mujer con la que este habría mantenido una relación mucho más estrecha que con ninguna otra de sus supuestas amantes.

Después, Belén Esteban hacía lo propio y para contentar al primer grupo del que les hablábamos, recurría al uso de "fuentes fiables" para confirmar las muchas aventuras del paparazzi. Las cosas están cambiando en "Sálvame".