Se acabó callar. Después de muchos años callando en busca de calmar las mil y una polémicas que han rodeado su vida, la de su mujer, la de su hija o la de su ex mujer, siempre teniéndole a él en la sombra, Jesulín de Ubrique ha decidido que ya no puede seguir guardando silencio tras los últimos meses de ataques constantes a María José Campanario.

Tras muchísimo tiempo optando por la táctica de, si no genero noticias no hablarán de mí, que finalmente se ha mostrado fallida, el matador de toros ha cambiado su estrategia mediática aceptando la jugosa propuesta de la revista Hola para responder a todos los rumores sobre el estado de salud de su esposa, sobre el suyo propio, sobre la posibilidad de que su relación esté llegando a su fin y, cómo no, también sobre cómo lleva la nueva mayoría de edad de su hija.

Algo a lo que, tras ser operado recientemente y estar ya completamente recuperado, se siente fuerte para responder, mostrándose contundente contra todos sus enemigos a los que acalla a golpe de sentencias como la que tiene que ver, precisamente, con la posibilidad de que su relación con María José Campanario haya menguado hasta el punto de pender de un hilo.

Al respecto el gaditano responde contundente: “¿Una crisis? ¡Jamás! Estoy al pie del cañón, con las mismas fuerzas y el mismo amor”. Afirmación a la que habría agregado que todas estas informaciones que han tratado de hacerles daño, en muchos casos lo han conseguido. Sin embargo, el amor que se profesan el uno por el otro está intacto y más afianzado que nunca.

Sobre este asunto quiere dejar claro que se trata de una persona "fuerte", lo que no significa "no pueda derrumbarme", lo que deja ver entre líneas le habría podido suceder recientemente. Por suerte, agrega, "sé cómo levantarme". De hecho, ahora, erguido, se siente con más fuerzas que nunca para poner a cada uno en su sitio.

Jesulín de Ubrique cambia de estrategia comunicativa

Y es que, mucha de la información que se ha vertido sobre su mujer, según él, ha sido falsa y malintencionada. Lo único cierto, según sus palabras, es que estuvo ingresada durante las pasadas navidades en un par de ocasiones con motivo de su fibromialgia con la que ella y él deben aprender a convivir: “Pasamos la Nochevieja en el hospital y nos comimos las uvas los dos solos”.

Lo que digan de él y de su mujer, aunque les duele, no podrá con ellos. Así lo asegura en un mensaje dirigido a los Belén Esteban, María Patiño y muchos otros que se entiende no gozan de credibilidad para él.