Durante los últimos días muchos se han preguntado cuál es la razón por la que Belén Esteban no aparece en televisión ni se sabe cuándo se producirá su vuelta. Pues bien, en las últimas horas salíamos de toda duda después de que sus compañeros de Sálvame revelaran que su ausencia se debe a una delicada enfermedad que requiere de tratamiento médico continuo a la espera de una mejora.

Algo que ponía los pelos como escarpias a los muchos fans de la princesa del pueblo en las redes sociales y que trataba de tranquilizar, sabedor de que los nervios iban en aumento entre los fieles de la de San Blas, Jorge Javier Vázquez tras haberse puesto en contacto con la enferma, vía telefónica en "Sálvame" para conocer de primera mano qué es lo que le estaba sucediendo.

Según este, todavía sorprendido por el nivel de afectación de Belén, estuvo charlando con una persona que, por su voz, bien podría parecer que tenía "70 años", lo que pone de manifiesto que no está en condiciones ni de salir a la calle durante un tiempo, ni mucho menos de dejarse caer por los estudios de la cadena de Fuencarral.

Más allá de la habitual socarronería del presentador catalán, este se puso más serio para indicar que la infección de garganta que esta sufre estaría provocada por lo que en medicina se conoce como anginas y que, lo más delicado es que estas le habían subido la fiebre teniendo que guardar cama y siguiendo un tratamiento que la tendría bajo cuidados de una "enfermera", tal y como aseguran nuestros compañeros de Periodista Digital.

A la espera de que se produzca una mejoría que la lleve de vuelta cuanto antes a colocarse delante de los micrófonos y las cámaras, algo que podría retrasarse hasta 2018 debida la gravedad de las anginas, lo que Belén no quiso es dejar pasar la ocasión para darle su versión de los hechos sobre el encontronazo de Jesulín con el cámara de Telecinco.

Belén Esteban dice no reconocer a este Jesulín

Según ella, la acción del que fuera su marido solo puede ser condenable, más allá de la situación de nerviosismo y crispación que puede generar el tener a los fotógrafos y los periodistas día y noche siguiéndote y persiguiéndote allá donde vas en busca de unas declaraciones polémicas, una fotografía comprometida o, simplemente coartando tu libertad de acción y movimiento.

Algo de lo que la Esteban sabe un rato después de más de veinte años sufriendo ese mismo acoso que recordaba nunca le había llevado a agredir a nadie ni a romper nada de nadie. Un palo más a Jesulín.