Acaba una de las peores semanas posibles para Belén Esteban. Una semana en la que han sucedido muchas cosas determinantes para su futuro más inmediato pero también para su presente.
En lo que se refiere a su presente, esta ha sido la semana en la que la conocida como la princesa del pueblo se ha puesto al mundo por montera y ha tratado de desmentir las informaciones que aseguraban que la oferta de renovación que le habría ofrecido la productora con la que trabaja era a la baja.
Después de gritar a los cuatro vientos que nada de nada conocíamos que, si bien no se retocaría, en principio, su salario, sí sería la primera vez que este no aumentaría en una renovación.
La falta de presupuesto para hacerlo, como consecuencia de los discretos datos de audiencia que Sálvame viene firmando, tendrían la culpa. De eso y también de que a muchos trabajadores compañeros suyos sí que les hayan rebajado sus emolumentos.
No obstante, que se haya hecho público que su salario podría menguar si los datos van a peor no es la noticia que más habría dolido a la de San Blas. Ni mucho menos.
Esta, a tenor de lo publicado por nuestros compañeros de Latidos, sería otra aún más delicada y que compromete mucho más su futuro la que la tendría "hundida". Hablamos de la revelación de los datos de ventas de su última exclusiva en Semana y su comparación con los que se habrían dado en Hola con la de su ex marido y enemigo íntimo Jesulín de Ubrique.
El hecho de que el matador de toros haya conseguido multiplicar prácticamente por cuatro el volumen de ventas suyo, y teniendo en cuenta que llevaba años siendo la líder en ventas, tendría completamente hundida a la madre de Andreíta, tal y como ha podido confirmar la publicación citada anteriormente.
Belén Esteban, ante su futuro más incierto
Con un salario congelado, en un programa con cada vez más problemas para no perder audiencia, perdiendo interés en cada exclusiva en Sábado Deluxe y en cada ocasión que es portada en una revista, el futuro de la Esteban no parece nada halagüeño.
Algo de lo que esta sería más que consciente y que le tendría más que preocupada.
Y es que, camino de las dos décadas viviendo de lo mismo, en el caso de que a medio plazo se le acabase el chollo de la televisión su futuro se vería seriamente comprometido.
Belén, que se rodea de gente inteligente, ya sabe que quizás su futuro pase por reconvertirse. O su personaje o su profesión. Eso sí, si puede aguantar el tirón hasta que consiga lo suficiente como para garantizarse la jubilación no lo hará. Veremos hasta donde se estira el chicle.