Lo venimos sabiendo por boca de su madre desde que era una adolescente. A Andrea Janeiro, más conocida popularmente como Andreíta, no solo no le gusta el mundo del corazón, sino que le repele y desea estar alejada lo máximo posible de todo lo que tenga que ver con las cámaras, ya sean fotográficas o de televisión.
Algo que esta se encargaba de comunicar hace unas horas a través de sus representantes legales, Garrido Abogados, en un comunicado en el que, sabedora de que su persona genera un interés evidente dado quienes son sus padres, famosos y vinculados al mundo del corazón desde hace décadas, pide no formar parte de ese circo.
Un comunicado en el que habla de una "presión mediática" que estaría vulnerando su "derecho al honor, la intimidad y a la propia imagen", a pesar de no haberlo buscado nunca. Y es que, recuerda, ella no ha participado nunca "de la vida pública".
Por último, la hija de la rubia más famosa de España reclama su derecho de "vivir en el más estricto anonimato" y amenaza a los medios en tomar las medidas que hagan falta si deciden seguir impidiendo que esto sea así. Algo que parece complicado se vaya a poder llevar a cabo en un mundo dominado por internet y donde cualquiera puede tomar una imagen y hacerla viral en cuestión de segundos, sin ser precisamente periodista ni trabajar para un medio de comunicación.
Es por eso que el comunicado es tan solo una de las patas de la coraza que esta pretende construirse para, en caso de ser perseguida, tener a la razón de su lado ante un tribunal. Para ello, la medida que ya ha tomado a petición de sus representante legales es la de no publicar absolutamente nada que no quieran que se haga viral en las redes sociales.
Así pues, Andrea Janeiro tendrá dos opciones: la primera, quitarse de todas sus cuentas en las plataformas sociales; y la segunda, convertirlas a todas en privadas y realizar una selección de aquellas personas de máxima confianza a las que pedirá no la expongan, a temor de ser encausados.
Los amigos de Andreíta, bajo aviso
Por otro lado, y como ya venimos revelando desde hace meses, su idea es reiterar a todos aquellos con los que comparte ocio y momentos de intimidad que no suban a las redes ninguna imagen o vídeo en el que esta sea protagonista, para evitar que lo que son contenidos públicos puedan saltar a los medios tanto online como offline.
Sin duda, una estrategia que parece complicada de resultar infalible a depender de terceros, pero a la que se acoge para evitar seguir en el candelero.