Diciembre entra de la peor manera posible para Belén Esteban. Lo hace conociendo que deberá enfrentarse a un nuevo juicio, en este caso contra una compañera de profesión, y a raíz de un supuesto delito que la princesa del pueblo habría cometido en 2015 durante su presencia en el reality show Gran Hermano VIP.
Así al menos, lo considera la parte demandante, es decir, los abogados de Ángela Portero, quienes a petición de su representada decidían en las últimas horas presentar una querella contra Belén Esteban demandando las duras penas que contempla el Código Penal para los delitos de contra el honor, la intimidad y la propia imagen.
Una serie de delitos que, parece ser, la periodista llevará por la vía penal en busca de una rectificación y una compensación a la altura tras considerar que la de San Blas insinuó que esta tenía un problema de adicción a sustancias estupefacientes. Algo que habría sucedido, según entienden sus letrados, con publicidad, lo que agrava de manera considerable las penas.
Si atendemos al delito contra el honor, concretamente el de injuria, es decir, "la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación", según el Código Penal, cuando son "graves" y con "publicidad", es decir, cuando se propaguen por algún medio de comunicación de masas como es el caso, tienen una pena "de seis a catorce meses" de privación de libertad.
Unas penas importantes a las que podría ser condenada en caso de que Ángela consiguiera probar con documentos gráficos de aquella edición que la insinuación es evidente y que se realiza con publicidad que, además, también afectarían al medio de comunicación en el que estas han tenido lugar, siendo este también responsable y por lo tanto parte implicada durante este proceso.
Telecinco, salpicada por la demanda de Ángela Portero a Belén Esteban
Más allá de las consecuencias penales, a menudo, y siguiendo la jurisprudencia al respecto, aunque se conoce que no es sencillo reparar un delito contra el honor realizado en público, las sentencias suelen llevar aparejadas una rectificación pública de la injuria, entendiéndose que solo así se puede atenuar el daño causado con unas acusaciones graves cuando estas se demuestran que no se ciñen a la realidad.
Sea como fuere, parece claro que se avecinan unos meses de lo más ajetreados en los juzgados para Belén Esteban con el recurso de Toño Sanchís y la querella de Ángela Portero.