A pesar de los cantos de sirena de despidos, de cambio de nombre, de formato y hasta de desaparición del programa de corazón decano de la Televisión española en Telecinco, decidían dar un espaldarazo de confianza a "Sálvame" durante la pasada semana confirmando que este año serían los colaboradores de este espacio quienes se encargarían de ofrecer Las Campanadas en la cadena de Fuencarral.

Una noticia que era muy bien acogida en el entorno del espacio más rosa que actualmente existe en la pequeña pantalla y que en un primer momento alegraba a todo el mundo.

Y decimos en un primer momento porque según se iban conociendo detalles de cómo iba a ser la despedida de este año de la cadena estrella de Mediaset España, a Belén Esteban se le iba torciendo el gesto, como en la imagen principal adjuntada en esta noticia.

Tanto es así que, mientras los tertulianos de la cadena trataban de recordar cómo fue el año en el que ella ya estuvo compartiendo plano con Jorge Javier Vázquez en directo para toda España, lejos de poner buena cara esta la dejaba más bien neutra rebajando la alegría entre los presentes sabedores de que además, conducir el último espacio de una cadena en fin de año supone un muy buen pellizco, desde el punto de vista económico.

Belén se niega a dar las campanadas

No pasaba mucho tiempo hasta que se confirmaba que no, que la princesa del pueblo no estaría en el grupo de los colaboradores de "Sálvame" que estarían emitiendo las doce últimas campanadas de 2017 y brindando por un próspero año 2018. Las razones no se hacían públicas y los rumores se empezaban a desatar como nunca por los distintos mentideros que tratan la crónica social.

Primero se habló de desencuentros con los encargados de organizarlas a modo de rencillas, después de falta de acuerdo económico y por último porque tenía un plan mejor y que quizás esta última, sin ser la opción de peso, también ha podido influir en su decisión. Y es que a nadie se le escapa que Belén es una persona más que familiar.

Sin embargo, ninguna de estas razones era la principal, tal y como revelaban nuestros compañeros de Cotilleo.es. Y es que, después de la experiencia vivida en su momento haciendo ese mismo cometido que ahora le habían encomendado, que exige semanas de ensayos, muchas mañanas de trabajo y de noches probando cosas, de tener que salir casi a las 3 de la mañana escoltada como le sucedió la última vez, de horas de emisión en directo en las que tener siempre algo ingenioso que decir y de tener que hacerlo embutida en un vestido incómodo. Belén ha llegado a la conclusión de que no quiere volver a vivir aquello.