Que el equipo que conforma la plantilla de asalariados de "Sálvame" no es una piña no es nada nuevo. Los roces entre colaboradores, la lucha por más programas -que supone más dinero- de los presentadores y la pugna entre el conductor estrella de este espacio y la productora que se encarga de realizarlo, de la que todo el mundo viene hablando en las últimas semanas son una prueba manifiesta de ello.

Sin embargo y a diferencia de lo que ocurre entre algunos de los tertulianos, presentadores o directores del programa de corazón decano, pudiéndose marcar un antes y un después en el tiempo tras cada alejamiento de posturas, el caso de Paz Padilla resulta paradigmático en lo que tiene que ver con su relación con sus colegas de "Sálvame".

En su caso, y aunque nunca se ha hablado del asunto abiertamente dejándolo en una zona oscura que ha llevado a todo tipo de interpretaciones, su alejamiento de sus compañeros de programa fue una decisión al inicio, tal y como esta explicaba hace algún tiempo en los medios de comunicación.

Padilla, sabedora de que acercarse mucho a los verdaderos protagonistas de un espacio en el que siempre te acaba salpicando algo solo podría traerle problemas, decidió desde el minuto uno mantener un vínculo estrictamente profesional con todos ellos, poniendo distancia en lo personal evitando ser una más en sus quedadas en el bar La Muralla de fuera de Telecinco o en sus salidas nocturnas.

Táctica que creía le valdría para ganarse el respeto de los tertulianos del espacio más rosa de la Televisión patria pero que con el tiempo, se ha demostrado ha resultado de lo más contraproducente para sus intereses. Ya que al no contar con apoyos dentro de la mesa de debate, cada choque se convertía en un "todos contra ella".

Así se fueron sucediendo enfrentamientos dialécticos de primera magnitud con Mila Ximénez, quien llamó "inculta" a Paz, con Kiko Matamoros con quien saltó cuando la hija de este estuvo en "GH VIP" que provocó que se dejara de hablar, con Terelu y Chelo por aludir a su físico durante la "Sálvame Fashion Week" de manera jocosa, y sobre todo con la princesa del pueblo.

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Con esta, su enemistad notoria y pública que le ha dejado fuera de su boda, arrancaba tras distintos enfrentamientos en antena que "la intocable" consideró estuvieron fuera de lugar. Paz Padilla nunca le ha bailado el agua, ni a ella ni a sus compañeros y ya está recogiendo los frutos.