El ex rey de España Juan Carlos I está en el ojo del huracán tras las últimas filtraciones en los medios sobre su vida como Jefe de Estado. Si hace apenas unas semanas salían a la luz unas fotografías del ex monarca junto a la empresaria Marta Gayá en el medio OkDiario mientras su esposa, Doña Sofía, se encontraba de vacaciones en el palacio de Marivent, han sido muchas las especulaciones.

El secreto más delicado de la Casa Real, al descubierto

Sin embargo, ha sido ahora el investigador Fernando Rueda quien ha desvelado los secretos mejor guardados de la Casa Real y su relación con el CNI.

De este modo, fue la aparición de Corinna Zu Sayn-Wittgenstein en la vida de Juan Carlos I lo que hizo incluso tambalear la institución de la Corona.

Según el investigador, Corinna y el rey emérito se conocieron en 2004 y fue en 2005 cuando comenzaron a relacionarse de otro modo. Una relación que, sin duda, supuso un gran beneficio para Corinna, pues de esta forma pudo codearse con las altas personalidades y autoridades, en las que se apoyó para publicitar sus negocios.

Don Juan Carlos recibió el aviso del CNI

No obstante, según apunta Rueda en su libro, Juan Carlos I también se rodeaba de amigos como el jefe del espionaje Alberto Saiz, quien fue testigo de la relación entre la princesa y el monarca.

Tanto es así que se llegó a producir una reunión entre Corinna y Saiz donde la princesa dejaba claras sus intenciones empresariales y, de la que, según se apunta en el libro "La Casa II", el jefe del espionaje supo de las poco fiables intenciones de Corinna.

Como no podía ser de otro modo, y teniendo en cuenta la estrecha relación y lealtad del jefe de espionaje con el Jefe de Estado por aquella época, Alberto Saiz no dudó en informar a Juan Carlos I de la peligrosa relación con Corinna.

Este hecho marcó un antes y un después en la relación de la princesa con el CNI, prueba de ello es que Corinna le recriminó al jefe del espionaje durante una cacería en la que se reencontraron el informe que proporcionó de ella al ex Rey, lo cual supuso un obstáculo a la hora de montar un congreso empresarial.

Por si lo narrado anteriormente fuera escaso, Fernando Rueda afirma en el libro la peligrosidad de la relación existente entre Corinna y el rey emérito, que llegaba incluso a poner en riesgo su reinado, algo bastante distinto a lo que ocurrió con Bárbara Rey, con la que no tuvo problemas para distanciarse de forma definitiva.