La polvareda que está levantando el asunto de la llamada de María José Campanario durante su ingreso en una unidad psiquiátrica y la posterior revelación -previo pago de su importe- de Belén Esteban sigue coleando y lo hace a cada día que pasa con más fuerza.

Tanto que la Princesa del pueblo decidía mover los hilos que ella conoce tan bien para provocar que los planes de programación del programa estrella del corazón en nuestro país, Sábado Deluxe, se paralizaran para organizarle una segunda visita en la que esta, supuestamente, aclararía todos los asuntos que le han llevado al foco de la polémica tras la supuesta traición a una presunta enferma mental.

Así se sentaba la de San Blas en el mismo sillón en el que lo hacía siete días antes. Lo hacía con un perfil bajo. Revelando que entendía las críticas porque contó cosas "que no tenía que haber contado" y entonando un mea culpa que pronto se esfumaba a medida que los colaboradores le iban apretando las tuercas.

Su cara de cordero degollado iba mutando a la de hiena en cuestión de minutos para pasar a asegurar, de nuevo, como sucedía durante esta semana, y a modo de amenaza velada que no había contado "toda la conversación" y que ella no había traicionado a nadie porque la odontóloga no es "ni amiga mía, ni familia, ni nada".

La cara de los presentes iba poco a poco torciéndose al ver cómo esta volvía a la carga sacando a su ex marido en todo este asunto.

De golpe hablaba de que la revelación de esa conversación no había sido para vengarse de cómo está tratando el tema de la independencia de su hija. Para sorpresa de propios y extraños, sin venir a cuento, revelaba que si quieren que Andreíta vea a sus hermanos "tienen que llamarla a ella", dejando claro que la relación de la familia Janeiro con su hija es nula.

Belén Esteban, a punto de "explotar"

Con este brutal enfado encima, llegó el momento de deslizar duras insinuaciones al no querer responder cuando le preguntaron si había habido una nueva llamada de la castellonenses a raíz de la polémica desatada tras su último Deluxe.

La audiencia hacía bueno el dicho que dice que "quien calla, otorga". Eso sí, no contaba nada. Quizás se lo estaba guardando para un tercer Belenazo.

Para rematar la tensión, y después de ser preguntada sobre qué creía que había detrás de esta llamada y toda la polvareda levantada, Belén aseguraba que estaba a punto de "explotar", para añadir que no no sabía "lo que está pasando, pero no es normal". No descarten un tercer Deluxe.