El retorno de Anabel Pantoja a “Sálvame” tras las vacaciones está siendo amargo. Demacrada y ojerosa, se sentaba ayer con Carlota Corredera que con una carpeta en las manos le anunciaba la existencia de unas fotos que le iban a hacer pasar un mal rato en caso de que el programa decidiese emitirlas.

Pero claro, como se trata de estirar el chicle todo lo posible, se pusieron la medalla diciéndole que para hacerle el favor no iban a ponerlas en pantalla. Las fotos en cuestión podrían ser al parecer y según diversas fuentes consultadas, de Juanlu (el novio a la fuga) en actitud cariñosa con una señorita.

Juanlu, el ex novio amoroso, por lo visto dijo “hasta aquí hemos llegado” poco antes del éxodo de los Pantoja a Ibiza para pasar unas lujosas vacaciones. Anabel no se esperaba la decisión de su amado y no lo encajó bien, pero que mejor manera de evitar la depresión que marcharse de vacaciones y hacerse selfies sin parar.

Si las fotos verdaderamente son del chico haciendo arrumacos, hay que reconocer que la rapidez de Juanlu para sustituir a su novia por otra es no solamente sorprendente, sino sospechosa.

El caso es que una Anabel demudada, declinaba verlas pero si admitía (no le quedaba otra) que Carlota las mirase. Sus compañeros no paraban de ponerse medallas diciéndole lo buenos que eran que no iban a desvelar lo que ya era un secreto a voces y así fue pasando la tarde entre lágrimas y agradecimientos por parte de ella.

Hasta tal punto el universo "Sálvame" ha conseguido abducirla.

Kiko Hernández deja a Anabel tocada y hundida

Isabel Pantoja se encuentra en la Ciudad Condal, rodando escenas de una supuesta serie muy novelada (tan novelada que su estancia en prisión ni saldrá, ni se la nombra) sobre su vida que según parece una productora mexicana quiere rodar.

¿Cuál es el problema? Ni más ni menos que la sobrinísima, como siempre, no sabe, no comenta pero cobra por asistir a “Sálvame” como convidado de piedra más o menos. Y ¿Cómo afrontan su mudez en el programa? Pues dándole donde más le duele para que no pueda decir que de eso no habla.

Eso ha hecho Kiko Hernández cuando ha anunciado uno de sus “bombazos” que no era otro que una entrevista que Bernardo Pantoja, hermano de la tonadillera y padre de Anabel, iba a concederle por el precio de 18.000 euros hablando de la relación con su hermana, su hija y el resto de la familia, evidentemente una relación pésima.

Si no se ha desmayado hoy la sobrinísima, probablemente no se desmaye nunca, pero su expresión ausente y con la mirada perdida como un boxeador noqueado, ha hecho saltar todas las alarmas.

La entrevista no se celebrará porque Isabel Pantoja ha hablado con su hermano ofreciéndose a darle el dinero, que por lo visto Bernardo (recién operado de gravedad) necesita con urgencia, a cambio de su silencio. La omertà en todo su esplendor como si estuviésemos en la Sicilia más profunda. En realidad la saga pertenece a la España de rompe y rasga, que viene a ser lo mismo.

Anabel ha querido desmentirlo, pero Kiko Hernández juega en otra liga y ha mantenido la conversación telefónica con su padre bajo la atenta escucha de la “cúpula”.

De nuevo la sobrina de Isabel Pantoja parecía al borde de un síncope y su palidez a pesar del maquillaje era evidente. Es lo que tiene trabajar en un estercolero, que siempre acaba oliendo y no a rosas precisamente.

Y no contentos con eso y en vista del bajón del pasado sábado, llevan toda la semana cebando algo por lo visto pavoroso que Belén Esteban va a contar de María José Campanario en "Sábado Deluxe" junto con una posible boda o un posible embarazo. Lo que sea con tal de intentar recobrar los antiguos "Belenazos". Que lo consigan ya es otro cantar.

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