Después de mucho tiempo a la sombra de las informaciones habituales de la crónica social, el torero jesulín de Ubrique está volviendo a copar informaciones, portadas y comentarios en las tertulias del corazón casi como en sus mejores momentos como matador de toros y al lado de Belén Esteban.

Las razones que explican la colocación del matador bajo el foco mediático son varias y ninguna de ellas a buen seguro, de buen gusto para el diestro. Y es que según se ha venido publicando en distintos medios, como ha venido haciendo EsDiario, se habla de un claro deterioro en la salud del torero debido al estrés, que ya ha empezado a tener consecuencias.

Algo que habría quedado comprobado de la mano de su retirada de la plaza de toros de Ávila de hace unas fechas como consecuencia de una supuesta bajada de tensión, que hizo saltar todas las alarmas justo después de que este decidiera pasar unos días apoyando a su mujer María José Campanario, de quien se ha publicado estaba ingresada en una clínica psiquiátrica.

A todo esto, la periodista Marisa Martín Blázquez, iba un paso más allá y se atrevía a revelar que, a los problemas físicos y anímicos que estarían lastrando últimamente a Jesulín, habría que añadir los económicos llegándose a plantear nuevas posibilidades de negocio para poder sacar adelante todos los compromisos económicos a los que este debería hacer frente.

Por si todo esto fuera poco, habría que agregar a este desaguisado con el matador como protagonista la información revelada por María Patiño en "Socialité" en la última semana, en la que se aseguraba que la conversación que tenían pendiente Jesús Janeiro y su hija Andreíta pactada el día de la llamada de felicitación por el 18 cumpleaños de la joven, no se habría producido.

La preocupante espiral en la que se encuentra Jesulín

Una conversación que Jesulín vendría buscando de desde hace tiempo para limar asperezas con su hija, quien no parece tan apegada a la figura paterna como lo está a la materna con quien se ha criado. Andreíta se marcha en unas semanas a Inglaterra para realizar estudios de Comunicación Audiovisual y sigue sin hablar con su padre.

Como ven, parece que las cosas se le están torciendo de más al torero que, por una cosa y por otra, no parece estar en condiciones de levantar cabeza. Esperemos que se trate tan solo de una mala racha y que el tiempo vaya poniendo todo en su sitio sin mayores consecuencias. Aquí se lo contaremos.