Después de un largo período de ausencia suso Álvarez está listo para volver a la televisión. Tras largas jornadas de hospital y rodeándose de sus seres queridos después de que se confirmara la muerte cerebral de su hermana Yara. El que fuera concursante de "Gran Hermano", "Supervivientes" y "Mujeres y Hombres y Viceversa" reaparece hoy en "Sálvame", donde inicia una nueva etapa como colaborador.
Sin embargo, poco o nada han cambiado las cosas desde que se conociera públicamente que los médicos habían informado a la familia de que Yara, la hermana de Suso, como consecuencia del grave accidente sufrido a raíz de su enfermedad, había sido encuadrada dentro de los pacientes que sufren muerte encefálica viéndose conectada a una máquina para mantener sus constantes vitales.
Una revelación dramática dado que la muerte cerebral o muerte encefálica, a diferencia del estado vegetativo no se puede revertir, por lo que obliga a la familia a decidir cuánto tiempo debe estar conectada a la máquina que la mantiene sin respuesta cerebral pero con constantes antes de tomar la decisión de dejar que se apague para siempre.
Una situación en la que ahora mismo se encontrarían sus allegados dirimiendo si desconectarla ya de la máquina que mantiene en funcionamiento sus órganos ante la falta de estímulos cerebrales y poner así punto y final a un drama que es calificado por el conjunto de la comunidad médica como irreversible. Es decir, que no existe ningún margen de mejora.
La durísima decisión a la que se enfrenta la familia de Suso Álvarez
La decisión de poner fin a este larguísimo trance por el que siguen pasando sus allegados se podría postergar durante semanas e incluso meses, si bien la mayoría de profesionales médicos recomiendan no estirar la angustia de los familiares más allá de unas horas o unos pocos días, hasta que todo está preparado para despedir al paciente como se desea.
A este respecto, David Magnus, médico de la Universidad de Stanford, y responsable de un caso de muerte cerebral que se extendió durante un buen puñado de semanas, lo tiene claro, dado que considera que ni legalmente ni éticamente "deben mantenerse cuerpos sin vida conectados durante mucho tiempo utilizando recursos valiosos que podrían invertirse en pacientes vivos". Sólo en casos límite, como un embarazo en las últimas semanas de gestación, recomiendan lo contrario. La durísima decisión la tiene en última instancia la familia de Suso.