Tras la decepcionante prueba de recompensa en la que ninguno de los equipos logró encestar una sola bola, los Supervivientes se sentaron junto a Lara Álvarez para realizar una nueva prueba de recompensa a modo de subasta. En la subasta todos los concursantes tenían un sobre con 500 lempiras (la moneda hondureña) y con ese dinero debían ir pujando por distintas recompensas sobre las que Lara daba alguna pista.
El ímpetu del momento le dio una decepción a más de uno
Deseosos por ganar recompensas relacionadas con la comida, Alejandro Caracuel y Laura Matamoros se enzarzaron en una puja por un plato tapado pero que iba acompañado por una copa de vino tinto.
Ambos concursantes creían que el vino podría ser indicativo de un plato de carne, por lo que la puja llegó hasta los 340 lempiras por parte de Alejandro. La decepción del modelo fue mayúscula al levantar la tapa y descubrir un plato de crudités.
Laura, incapaz de ocultar su alegría por haber evitado llevarse ese plato, no tardó en llevarse una desilusión semejante. Jugando al despiste, Lara dejó entrever "sin querer" un plato que contenía un sándwich, una hamburguesa y patatas fritas. Al primer atisbo de la comida, Laura Matamoros, sin pensárselo dos veces, pujó todo su dinero pero cuando fue a levantar la tapa se encontró con que tanto la hamburguesa como el sándwich eran de plástico.
Con más cabeza jugaron Juan Miguel, que consiguió un plato de sushi y José Luis, que ganó un plato de pollo.
Alejandro y sus 2 puntos extra de nominación
Pero no todo fue comida en la subasta de Supervivientes. Alejandro consiguió 2 puntos extra para las nominaciones del próximo jueves en una puja muy poco reñida, en la que se los llevó por tan solo 80 lempiras.
Juan Miguel gozará de ventaja en la prueba de líder
Al igual que con los 2 puntos de nominaciones, los concursantes no se mostraron muy emocionados en la puja para tener una ventaja en la prueba de líder.
Finalmente se llevó la recompensa Juan Miguel, por lo que en caso de no salir expulsado el jueves podrá utilizarla para atrapar el liderazgo.
Iván se vengó de Alba Carrillo
Reservando gran parte de su dinero para el final, Iván consiguió ganar la última puja, que resultó ser la posibilidad de intercambiar recompensas. Aprovechando que Alba Carrillo había ganado un plato de chuches y una pequeña tarta, Iván intercambió dos mazorcas que había conseguido, por la comida de la modelo, devolviéndole la jugada de cuando ella intercambió su brócoli por su donut en la prueba de las recompensas envenenadas.