Otger Cataló y "los Nueve de la Fama" son posiblemente los personajes más destacados de la mitología catalana acerca de los orígenes de esta comunidad situada en la Península Ibérica.
La leyenda cuenta que Otger Cataló era descendiente de los duques de Baviera y que fue un referente en la lucha contra los musulmanes en la zona aquitana, siendo un auténtico paladín. Gracias a sus hazañas, gozó de un aprecio especial por Carlos Martel y su hijo Pipino el Breve.
Fundó en Aquitania la fortaleza de Cataló, donde su ejército era conocido como los "catlanes", que eran comandados por nueve caballeros de gran reputación que estaban a su servicio: los conocidos como "Nueve de la Fama".
Con estos aguerridos caballeros, se dirigió al otro lado de los Pirineos para intentar liberar a esas regiones de los musulmanes, cosechando importantes victorias.
Las tropas de Otger Cataló y "Los Nueve de la Fama" conquistarón la comarca de Pallars, se asentaron en la Cerdanya y tomaron Ampurias. Allá donde iban, construían fortalezas para afianzar su poder y comenzaban a vivir esos "catlanes". También conquistaron las tierras de Urgel a un gran ejército oro que solo hizo más que agigantar la leyenda.
Otger Cataló murió anciano y sus territorios más allá de los Pirineos fueron custodiados por Dapifer, uno de "los Nueve de la Fama". Todo iba a pedir de boca hasta que Pipino el Breve decidió sustituir a Dapifer y a los demás caballeros como señores de aquellas tierras, por lo que se levantaron contra el monarca y murieron en Narbona con la espada entre sus manos.
Al final, todas las tierras que conquistó Otger Cataló y sus valientes guerreros, fueron a parar a manos de Siniufre o Wifredo el Velloso, del que luego descenderían los condes de Barcelona.
Hasta aquí la leyenda de lo que serían los orígenes de Cataluña. Según Juan García Atienza, la leyenda de Otger Cataló refleja un significado semántico como "Tierra de Castillos" ('catl'-'castl').
La figura de este guerrero vendría a ser un arquetipo que señalaría la gran cantidad de fortalezas que se alzaron en la zona de los Pirineos para combatir a los musulmanes. Y los que lucharon contra el enemigo serían nueve regiones, que más tarde tendrían su vivo retrato en la Marca Hispánica que situó Carlomagno como frontera para así contener un hipotético avance de Al-Ándalus hacia sus dominios.
La historia de Otger Cataló y "los Nueve de la Fama" fue rescatada en la Renaixença catalana del siglo XIX, para reivindicar unos supuestos orígenes míticos de Cataluña.