Hace poco que Fran Rivera se convirtió en noticia, luego de ser escogido para dar el pregón de Semana Santa en Elda, tradicional comunidad de Alicante donde las fiestas de temporada han dado inicio. Sin embargo, el torero fue recibido de mala gana por los miembros de la Plataforma Animalista de Villena y Marea Joven Elda, dos organizaciones que se han pronunciado en contra de la cultura taurina.

Ante las protestas de estos defensores por los derechos animales, Rivera quedó en pésima posición, luego de contestarles con insultos y cero argumentos.

"¿Hay que dejar de ducharse para ser anti taurino?", preguntaba durante su aparición en la emisión del programa de Antena 3, Espejo Público, donde no perdieron la oportunidad de cuestionarlo sobre los vídeos que en Internet, circulan sobre su conflicto en Elda.

"Mal empiezas, Fran", le contestaba uno de los colegas de Albert Castillón, al escucharlo expresarse de tal manera.

El polémico torero se justificó aludiendo a la mala pinta de sus detractores, intentando a continuación desviar la tertulia hacia rumbos distintos pues en su opinión, "era más bonito que hablar de aquellas pobres almas".

Desde luego sus comentarios no han tardado en incendiar las redes sociales, donde se lo ha acusado de ser un clasista y prepotente; y esto a pesar de que también cuenta con sus defensores.

La discusión entre los defensores de la tauromaquía y quienes están a favor del bienestar de los animales, ha alcanzado tal magnitud, que en Twitter ya se elevó a Trending Topic, siempre con Rivera como protagonista.

Durante la celebración de Semana Santa, el mencionado no pudo dejar de notar las pancartas que sostenían los anti taurinos.

Consignas como "Más cerveza y menos toreros", "Nuestros impuestos no son para los toreros" y "La tortura no es cultura", fueron, fueron las más duras que se dirigieron en su contra al entrar en el Teatro Castelar para dar su pregón.

Fue necesaria la intervención de las autoridades locales para asegurarse de que pudiera ingresar a salvo y una vez en el interior, sus admiradores y aficionados a la tauromaquia lo envolvieron en calurosos aplausos.

Empero, ni esto ha sido suficiente para detener el escándalo que lo ha perseguido desde entonces.

Podrá tener muchos seguidores, pero la multitud de las redes sociales sigue siendo implacable con él y con una cuestionable tradición, que tal vez esté destinada a desaparecer.