No es precisamente un secreto a voces que los colaboradores de Sálvame tienen que hacer tripas corazón para sentarse al lado de según que compañeros de programa, como por otro lado ocurre a muchos trabajadores en muchas profesiones.
Sí que lo es que en los últimos meses, lo que parecía una calma tensa haya empezado a agrietarse poco a poco con malos modos en directo, rencillas infinitas y miradas y gestos por los pasillos de los estudios de la cadena de Fuencarral que podrían acabar de la peor manera posible.
Algo que, como se imaginarán, tiene su continuidad fuera del plató, donde estos se halla completamente partidos en tres grupos que no se relacionan entre sí, y mucho menos hacen vida más allá de las emisiones en directo, tal y como han contado nuestros compañeros de Cotilleo, poniendo nombre y apellido a cada uno de estos grupúsculos.
El primero de ello sería el más numeroso y en el que haría de 'cabecilla' la Princesa del Pueblo, Belén Esteban. Junto a ella, se encontraría su inseparable Mila Ximénez y María Patiño, uniéndose en muchas de estas ocasiones tanto Gema López como el bueno de Kiko Hernández, además de las parejas y amigos en común de esta terna. Según esta publicación serían conocidas como el grupo de '#Laschicas'.
El segundo de ellos sería el conformado por los tres directores del programa, Carlota Corredera, Raúl Prieto y David Valdeperas, quienes también serían uno de esos grupitos habituales que se juntarían tras las emisiones del programa para comentar la jugada y, cómo no, tratar otros temas mucho más personales a modo de distracción del trabajo.
El nombre de la pandilla, '#LaCúpula'.
El tercer gran grupo sería el formado por las sureñas, a las que denominarían '#LasAndaluzas' y que estaría formado por Paz Padilla, Raquel Bollo, Tamara Gorro y Rosa Benito, a pesar de que algunas de ellas han dejado de pertenecer a la plantilla del programa.
Con Jorge Javier saliendo con su pareja cuando tiene algo de tiempo libre y con Kiko Matamoros cambiando pañales por partida doble, parece que la cosa más allá del plató está más que rota.