Nacida en Vigo, hace 42 años, la carrera televisiva de Carlota Corredera tiene un punto de inflexión en el año 2003 cuando Ana Rosa Quintana la ficha como subdirectora de su programa 'Sabor a ti'. Allí coincidiría con Jorge Javier y Belén Esteban, además de con otros como María Patiño o Luis Rollán.

Un año después, esta se convertía en directora del programa nocturno 'TNT', que erigió a Jordi González, presentador de este espacio, y donde también salió Torito y Marta Torné a quien ha acabado destronando de 'Cámbiame' hace unos meses, rompiéndose su relación con ella, al menos tal y como lo era hasta antes de su relevo.

Ya después, volvió al 'corazón' formando parte del grupo de guionistas que hacía posible 'Aquí hay tomate' con Jorge Javier delante de las cámaras y Raúl Prieto, que la acompañó en la dirección de Sálvame durante mucho tiempo, como colega de redacción.

En 2007, de nuevo sale del mundo rosa para ponerse a trabajar junto a María Teresa Campos dirigiendo el programa de análisis de actualidad y personalidades 'El laberinto de la memoria', cuya presencia en antena no fue precisamente la esperada obligándola a tener que mirar hacia otro lado en el terreno profesional.

Tanto la presentadora malagueña como ella pasaban a trabajar en 'Hormigas blancas' donde trabajó con Jorge Javier por primera vez como presentador dirigiendo el documental en el que se narraba la parte menos conocida de la vida de los famosos más importantes del mundo del corazón y que ha dado y sigue dando muchos coletazos.

Todo un éxito que marcaría su futuro en la televisión.

Era en 2008 cuando, después de ser la batuta de 'La Caja' donde se ponía a los famosos a una situación límite a través del visionado extremo de vídeos relacionados con su vida y su pasado, se ponía al frente de 'Sálvame', donde pasó de directora a presentadora y colaboradora hasta convertirse en una celebrity más perseguida por los paparazzis de este país.

Padre de una niña llamada Alba y felizmente casada con Carlos de la Maza es ya toda una famosa. Lo sabemos porque su pasado ya interesa tanto como su presente y su futuro.