Barry Jenkins se lleva de forma injusta el Oscar a la 'Mejor Película' en la 89a edición de los Oscars 2017. Los premios más importantes de la industria del Cine han 'regalado' la estatuilla a un guión escrito por el propio Jenkins, inspirado en In Moonlight Black Boys Look Blue, de Tarell Alvin McCraney, que además de autobiográfico puede sólo ahondar en la búsqueda de uno mismo en un lugar cercano al infierno. Un lugar... 'sin sentido'.
Una vez más los críticos y amantes del cine son víctimas de otra película incongruente, lenta y desmerecedora para los supuestos premios más famosos a nivel mundial.
De las 9 películas nominadas a la mejor película, la más pequeña, menos esperada y menos merecedora se ha tenido que llevar la felicidad pasando en la historia del cine. ¿Por qué? ¿Por qué de "La llegada", "Hasta el último hombre", "Fences", "Comanchería", "Figuras ocultas", "Lion", "La ciudad de las estrellas – La La Land", "Manchester frente al mar" y "Moonlight" no se escogió por ejemplo a "Manchester frente al mar" o "La llegada", que tratan temas más misteriosos y conspiradores que la lenta vida de un gay negro?
No, esto no puede continuar de esta manera. Casi todas las películas que se están llevando el Oscar a la Mejor Película en los 7 últimos años están fuera de cualquier coherencia.
Desde el año 2010, sólo "12 años de esclavitud" (2014) tiene el mérito de las que fueron 'Mejores Películas' a comienzos del siglo XXI, tal y como fue el caso de "American Beauty" (2000), "Gladiator" (2001), "Una mente maravillosa" (2002), "El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey" (2004), "Million Dollar Baby" (2005) o "Infiltrados" (2007), por ejemplo.
¿Quién no recuerda esas películas 'maestras'? ¿Cómo es posible que "En tierra hostil" (2010), "The Artist" (2012), "Birdman" (2015) o esta última "Moonlight" (2017) incluso puedan compararse y tener el mismo rango y valor en cualquier lista de la historia de los ganadores de los Oscars? ¿Hacia dónde nos están intentando llevar con estas películas chapuzas?
Si Stanley Kubrick, Alfred Hitchcock, Federico Fellini o el propio Luis Buñuel estuvieran vivos, no pararían de reírse al ver entregado este premio Oscar a esta crónica que implica ser negro, pobre y gay en una cultura tan conservadora como la afroamericana. Una historia en un mundo esencialmente homófobo, que estará en lo más alto cuando se busquen las mejores películas de 2017, cuando en realidad es nada más que un espejo cóncavo y convexo en forma de Moonlight-Esperpento para los cinéfilos.