No todas las salidas laborales son amistosas ni todas las relaciones con los compañeros ideales. Por mucho que, a menudo, lo pueda parecer a base de mucho esfuerzo y profesionalidad. Esa es la situación por la que ha tenido que atravesar la presentadora andaluza de Sálvame diario Paz Padilla, quien no ha podido aguantar la situación que se estaba viviendo con ella al frente del programa en los últimos días teniendo que adelantar su salida y la devolución de este formato a Jorge Javier Vázquez varios días.

Las razones no son otras que la mala -o malísima- relación que esta ha venido teniendo con los colaboradores del programa desde el primer día, a los que ha acusado veladamente de estar detrás de su abandono prematuro haciendo alusión a una especie de 'bullying' para con ella, sin que esta crea que tenga nada que ver con su labor estrictamente profesional.

En una entrevista al diario 'La Razón', la gaditana habla sin cortarse la lengua asegurando que sus compañeros quieren "hundirla", agregando que ha venido sufriendo una "persecución que no entiende" desde el primer día "y menos ahora que lo dejo", alegando distintas razones que explicarían por qué tanta inquina de la familia del programa contra su persona. Aquí, aunque no matiza, se referiría tanto a los colaboradores como a gente de fuera de la pantalla.

Según se desprenden de sus palabras, la gente del medio del corazón con la que ha tenido que trabajar todo este tiempo desde que aterrizara en Sálvame, nunca le ha perdonado que veinte años atrás decidiera cortar por lo sano con los medios y no conceder entrevistas en las que no se hablara de nada relacionado con su trabajo.

En su momento, esta decisión ya le costó críticas en el gremio que, parece, se las han ido cobrando en su aterrizaje en el mundo rosa.

Además de esto, y en parte como consecuencia, Paz siempre se tomó su trabajo como eso. Sólo trabajo. Sin llegar a mantener una relación de amistad con ningún miembro del equipo ni sus colaboradores, como sí sucede entre ellos, con distintos grupos afines, limitándose a presentar e irse a casa. Algo que siempre la colocó 'fuera de onda'. Todo llega a su fin.