Una de las historias que más están gustando dentro y fuera de la casa de Gran Hermano es la que tiene como protagonistas al primer concursante asiático de la historia del reality decano de la televisión, Han,y al enigmático participante vasco, Aritz.

Desde el primer minuto de convivencia, ya se vio como Han, que no tardó en salir del armario para que la convivencia fuese más fácil -quizá pensó que no era tan evidente como es- se quedó prendido por el vasco. El talante tranquilo, conciliador, y hasta cierto punto cariñoso fueron el detonante para que el asiático fuera poco a poco acercándose para tantear si finalmente tendría alguna opción o si se trataba de un sueño imposible dado que la heterosexualidad del vasco se acabaría imponiendo.

Lejos de encontrar esta barrera, Han ha ido encontrando en Aritz a algo más que un amigo, alguien con quien confesarse, contarles sus miedos, sus inseguridades, y por supuesto a quien dar y recibir caricias sin ningún límite más allá del propio del horario infantil.

Pese a todo, no es menos cierto que Aritz ha tratado de evitar dar pasos más allá que los cariñosos ante un Han que está completamente enamorado, si bien nunca se ha visto molesto por las caricias de Han, sus besos y sus insinuaciones, algo que por muchos analistas ha sido interpretado como la reacción propia de una persona a la que no le incomoda que otro hombre actúe de esta forma con él.

El primero en interpretar la tendencia de Aritz fue Han, quien aseguró que si fuera heterosexual no le aguantaría lo que le aguanta, a lo que han seguido otros colaboradores y periodistas indicando que la reacción de Aritz, dando y quitando cuerda, es propia de una persona que es o bien gay o bien bi, teoría a la que también se apuntan los compañeros de la revista Shangay.

Aritz ya dijo que le gustaban "las dos cosas", en la casa.

Si finalmente va a ocurrir algo o no entre estos dos chicos será el tiempo el que lo indique. Parece que a Aritz le gusta el juego, pero no tanto la posibilidad de tener una relación seria con Han. El asiático trabaja en conseguir camelar al vasco.