El romance y matrimonio de la cantante Britney Spears con Kevin Federline fue uno de los más sonados en el mundo de Hollywood, y es que, según decían todos, formaban la pareja perfecta. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y recientemente ha sido el propio Kevin el que ha querido realizar unas impactantes declaraciones acerca de su relación, con la artista, tal y como hemos podido saber gracias a "El Universo" y "Siglo XXI". Al parecer, Federline ha admitido que se aprovechó de su ex mujer, quien cayó posteriormente en las drogas.

Desde que pusieran fin a su proyecto común de vida en 2006, la vida de Britney no volvió a ser lo mismo y le costó mucho levantar cabeza, llegando incluso a perder la custodia de sus hijos.

Federline confiesa que quiso aprovecharse de la fama y dinero de Spears después de que ella haya logrado rehacer finalmente su vida como una mujer muy feliz. Tal y como ha declarado a "US Weekly", conocer el mundo de la fama y los paparazzi hizo que sus miras dieran un giro radical, abriéndose ante él un sinfín de posibilidades.

Es por ello que tomó conciencia y se dedicó a cambiar muy a fondo su vida, asistiendo a todo tipo de locales nocturnos o consiguiendo mesas reservadas por un módico precio que pocos lograrían obtener. Algo que le relajó mucho fue darse cuenta que no tendría que preocuparse a partir de ese momento de cómo hacer frente a los gastos, como por ejemplo el que suponía su coche.

No obstante, todo se le fue de las manos y se volvió una completa locura. Toda una vida desenfrenada que terminó en un precipitado matrimonio a los solo tres meses de conocerse.

Con solo 22 años de edad, Kevin contrajo matrimonio con la diva, teniendo su primer hijo tan solo un año después, en 2005. Con tan solo un año de diferencia, el segundo hijo de la pareja vino en 2006, divorciándose ese mismo año.

Tal y como ha seguido asegurando, aún se niega a hablar de determinados aspectos que provocaron que todo se fuera al traste, aunque él quiere quedarse con lo bueno, y asegura que se lo pasaron muy bien. Un gesto muy bonito si tenemos en cuenta que concluye diciendo que la amaba hasta la muerte.