Un estudio ha demostrado que hay un objeto que, muy habitualmente es tocado por los pasajeros y tiene más bacterias que cualquier inodoro. Si se hiciera una encuesta a los viajeros que pasan por un aeropuerto, la mayoría diría que la zona con más bacterias de un aeropuerto es un inodoro, ya que, es usado cada día por miles de viajeros. Pero, si se tiene en cuenta la cantidad de gérmenes que hay, estarían muy confundidos.

Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Nottingham (en Reino Unido) y por el Instituto Nacional de Salud y Bienestar finlandés, las bandejas de plástico que se emplean en los controles de seguridad son el objeto de un aeropuerto con más gérmenes.

El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista especializada en el tema “BMC Infectious Diseases”

Se ha demostrado que son en estas bandejas donde se encuentran más gérmenes, incluso, más que en cualquier inodoro. Además, se han encontrado muestras de gérmenes que están detrás de resfriados. En otros lugares donde se encontraron una gran cantidad de gérmenes son las barandas de las escaleras, las zonas donde se realiza la verificación de los documentos de identidad, en las áreas de juegos para niños y en las zonas de pago de las numerosas tiendas del aeropuerto.

Se han encontrado bacterias en muchas superficies en los que los viajeros tienen contacto todos los días. El problema es que la naturaleza que poseen los aeropuertos puede provocar que una enfermedad se propague con gran rapidez alrededor del mundo.

En el estudio, se espera que estos datos inspiren a la hora de rediseñar estos lugares.

Algunas de las recomendaciones que se han dado son añadir desinfectantes de manos antes de llevar a cabo el control de seguridad, como después. De esta manera, habría alguna opción de poder controlar la distribución de los gérmenes que pueden provocar Enfermedades de tipo infeccioso.

Las muestras que se tomaron para poder llevar a cabo el estudio fueron tomadas en el aeropuerto de la ciudad de Helsinki. Dicha recolección tuvo lugar a lo largo del invierno del pasado año 2016.

Se demostró que había virus en un 10% de todas y cada una de las superficies que fueron examinadas

Pero, la sorpresa vino cuando en las superficies de los inodoros no se encontró, en ningún caso, ni rastro de algún virus, ni siquiera respiratorio.

Los investigadores de la Universidad de Nottingham que formaron parte del estudio recomiendan a los viajeros seguir una serie de pasos parar evitar posibles contagios: lavarse las manos con la mayor frecuencia posible; toser sobre un pañuelo, un papel o las manga... nunca en las manos. Estos consejos evitan contagios, sobre todo, en el caso de lugares públicos donde la incidencia de contagio puede ser mayor.

Otro punto que ha demostrado el estudio es que los virus encontrados no tenían que estar vivos, por lo que no tendrían que provocar contagio. A pesar de todo, el riesgo es posible. Algunos estudios llevados a cabo previamente han demostrado que los gérmenes son capaces de sobrevivir en distintos tipos de superficie durante bastante tiempo.