¿Alguna vez has restado importancia a tus logros profesionales a pesar de saber lo mucho que te has esforzado en ello? ¿Te has sentido no merecedora de los elogios que te han dedicado? El "síndrome del impostor" es un trastorno psicológico que fue acuñado en 1978 por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes. Sin embargo, el actual contexto de crisis económica y el modelo patriarcal de la sociedad alimentan esta continua frustración de cada vez más mujeres. ¿Sabes que existen estudios que señalan que las niñas ya con 5 o 6 años se sienten partícipes de un grupo inferior?
¿En qué consiste?
Las afectadas por el "síndrome de la impostora" son personas muy disciplinadas y trabajadoras, que ponen todo su empeño y sus capacidades, aunque ellas no sean conscientes de ello, para alcanzar las metas que se fijan. Pese a su dedicación, una vez llegado el éxito son incapaces de interiorizar como propio el resultado, atribuyéndoselo al azar, y de alegrarse por lo logrado. Todo lo contrario, se sienten agobiadas y ansiosas, no merecedoras de los elogios y reconocimientos.
Lejos de lo que puedas creer, este trastorno afecta a personalidades tan conocidas como la Directora de Operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, o a las actrices Kate Winslet, Enma Watson y Renné Zellweger.
El perfil más vulnerable para este tipo de afección es la mujer con responsabilidades que se ve rodeada de hombres, las familias monoparentales o las homoparentales.
Este malestar psíquico incapacitante se somatiza en un "ciclo del impostor" que se traduce en fuertes migrañas, molestias gastrointestinales, apatía, trastornos alimenticios, insomnio, dolores musculares...
¿Por qué se produce?
De acuedo con las conclusiones de José A. M. Vela, Sociólogo y Doctorando en Estudios Interdisciplinares de Género de la UAM, los roles sociales, perfectamente delimitados, de hombres y mujeres y un exceso de auto exigencia motivan esta sensación de fraude para con los demás.
Ante una misma conducta proactiva en lo laboral, al hombre se le considera un buen líder mientras que a la mujer se la califica de trepa.
Un reciente estudio apunta a que para el 63 % de los españoles las mujeres no son aptas para trabajar como científicas de élite, a pesar de que el 60 % de las becarias del CSIC pertenecen a este género.
Para José A.M. Vela, la actual sociedad patriarcal, en crisis, que gana dinero minusvalorando a la mujer, la baja autoestima y el permanente deseo que perfección son la combinación perfecta para desarrollar este síndorme.
¿Es posible superarlo?
Para la Doctora en Humanidades y experta en Género y Comunicación, Coral Herrera, resulta esencial abordarlo desde un perspectiva colectiva, ya que algunas "impostoras" reconocen sus éxitos pero alertan sobre la imposibilidad de lograrlo para el resto de iguales, dadas las trabas sociales.
Escribir los logros alcanzados y leerlos cada cierto tiempo, reflexionar sobre el por qué de los elogios de los demás, compartir los miedos y comprender que todos tenemos algo de valor que aportar son las pautas más reseñables para rebajar la tensión autoimpuesta y disfrutar de la vida.