Casi la mitad de la población femenina no tiene costumbre de limpiar su cutis en profundidad o lo hace incorrectamente, utilizando agua y jabón común. Una mala costumbre, ya que perjudica el cutis, mucho más sensible que otras partes del cuerpo, resecándolo.
Gesto básico de belleza
Tanto si te maquillas como si no, conviene limpiar el cutis a diario, porque la cara es una de las partes del cuerpo que más “sufre” durante todo el año de agentes externos como la climatología o la contaminación. Una buena limpieza diaria no solo acabará con cualquier rastro de polución, sino también de sebo, la acumulación natural de sudor y grasa.
Ambos son culpables de que la piel tenga tono apagado o de la obstrucción de los poros, que dan lugar a los desagradables puntos negros.
Es más, de vez en cuando, convendría hacer una higiene facial más profunda, con productos exfoliantes –en casa– o a través de un peeling –en el centro de belleza– para eliminar las células muertas y dejar la piel más suave, homogénea y luminosa.
Gel, leche, aceite, cremas… ¿Qué productos elegir?
Trata de elegir los productos que más se adapten a las necesidades de tu cutis:
- Piel seca: las chicas con este tipo de piel, lo mejor son las formulaciones con las cremas, aceites y leches, que están enriquecidos con componentes que conservan una buena hidratación. Se debería evadir las limpiadoras que se quitan con agua y lo mejor, usar tónicos sin alcohol.
- Piel mixta: Este tipo de piel que suele ser fina y suele acumular grasa en la barbilla, nariz y frente, se puede usar una limpiadora, leche hidratante, que también sirva para pieles normales y así reforzar el procedimiento con el uso de productos y exfoliantes matificantes en las zonas propensas a los granitos.
- Piel sensible: la textura de las cremas deben ser ligeras, alimenticias y con componentes hipoalergénicos, que cuiden la piel de los cambios violentos de temperatura
Exfoliante y mascarilla
Una vez a la semana, esporádicamente, como refuerzo de la limpieza facial diaria, podemos utilizar un producto exfoliante suave (con microgránulos), que nos ayudará a llegar a las partes más profundas de la piel y a arrastrar mejor las impurezas.
El objetivo es que la grasa no quede encerrada en el poro y se formen puntos negros.
Una vez finalizado este tratamiento, para el cual puedes utilizar un cepillo redondo de cerdas suaves e insistir en nariz, frente y barbilla, ponte una mascarilla hidratante o purificante, en función de tu tipo de piel, y déjala proceder durante 10 a 15 minutos y relájate mientras. Al retirarla, ¡Veras al instante que cambio de cutis!