El VIH es un virus causante del síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA), sin embargo VIH y SIDA no son sinónimos, ya que una persona puede ser portadora del virus y no padecer de inmunodeficiencia. Lo primero que debemos saber que un virus es una partícula microscópica más pequeña que una bacteria.

Los diferentes virus que existen producen daño ya que invaden la maquinaria que dirige el funcionamiento celular y literalmente esclavizan a las células y las obliga a reproducir miles de copias del virus pero en ese proceso los tejidos invadidos ya no cumplen con su función normal y esto genera diversos trastornos.

En el caso del VIH este virus infecta un tipo especial de células sanguíneas llamadas linfocitos T CD4, estas células son una especie de gerentes que controlan las respuestas de nuestro sistema inmune para combatir infecciones producidas por diversos microbios.

¿Pero qué sucede cuando el VIH infecta los linfocitos T?

Pues en algunos casos el virus permanece latente dentro de las células sin generar daño alguno pero en otros casos al cabo de un tiempo puede ocurrir destrucción paulatina de linfocitos T y descarrilar la maquinaria defensiva de nuestro cuerpo, por lo que el mismo puede ser presa fácil de infecciones por bacterias, hongos e incluso otros virus, lo que en casos graves puede llevar a muerte del individuo.

Ahora una pregunta interesante es ¿cómo se adquiere la infección para así evitar la misma? El hecho de tocar, besar o compartir con una persona VIH positiva no es causa de infección. La vía más común es a través de relaciones sexuales sin protección con personas infectadas (incluso aquellas que no presenten ninguna sintomatología), también a través de transfusiones sanguíneas, infección de la madre al feto y a través de la lactancia materna si la madre es VIH positiva.

Como hacemos llegar la información?

Por ello importante realizar campañas de concientización para promover la práctica del sexo responsable evitando la promiscuidad y el uso de condón cuando no haya seguridad del estado de salud de la potencial pareja. De igual modo es importante la realización de pruebas sanguíneas de despistaje para descartar la infección en las personas con mayor riesgo y en aquellos casos que resulten positivos aplicar el tratamiento antiretrovirales que hoy constituyen una herramienta terapéutica valiosa para disminuir al máximo la replicación del virus y mantener el funcionamiento el sistema inmune de las personas con VIH.