¿Eres de los que escribía un diario en la pubertad? Si no lo sabes, infinidad de psicólogos y psiquiatras recomiendan escribir a diario o con regularidad para rebajar las tensiones o las preocupaciones que nos atormentan, incluso, se ha demostrado que incrementa el rendimiento laboral en un 29 %.

La utilidad terapéutica de la escritura expresiva es innegable. Tras el atentado de las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York a las víctimas que sobrevivieron y a sus familiares se les prescribió que escribieran sobre sus pensamientos y sentimientos para aliviar la ansiedad, hacer descender el shock y las pesadillas y tomar gradualmente conciencia de lo que les había tocado vivir.

¿Por qué es tan beneficioso escribir?

De hecho, no son pocos los escritores de reconocido prestigio que confiesan escribir para dar respuesta a una ansiedad o a un sentimiento que necesitan exteriorizar. Cuando esribimos sobre lo que nos ocurre nos obligamos a tomar distancia para ordenar y cosificar esos pensamientos.

Si son negativos pierden fuerza y nos afectan menos, nos sentimos liberados y capacitados para reflexionar sobre sus posibles soluciones, mientras que si son positivos (metas, retos, sueños a alcanzar), conseguimos visualizarlos con nitidez empoderándonos para su consecución.

Existen varios estudios que certifican la validez de la escritura expresiva para reducir la ansiedad infantil y los malos resultados académicos de los niños.

No cabe duda de que escribir es una sencilla, pero efectiva, herramienta para afinar el espíritu, la comunicación, la salud y las capacidades cognitivas.

¿No te ha ocurrido que después de plasmar en un papel esas ideas negativas que te acomplejan o preocupan, al leerlas las sientes como falsas o desproporcionadas?

Escribir te fortalece

Los beneficios de la escritura trascienden los límites emocionales para contribuir a preservar tu salud física. Se ha comprobado que la escritura mejora la capacidad de retención (la memoria), favorece el descanso, fortalece el sistema inmunológico, hace descender la carga viral en los enfermos de SIDA e, incluso, acelera la cicatricación y la recuperación tras una intervención quirúrgica.

Recientemente, se han dado a conocer en la revista Oncologist los resultados de una investigación que relaciona la ganancia de calidad de vida de los enfermos de cáncer con la escritura.

La Universidad de Harvard, por su parte, sostiene que los blogs ejercen un cierto efecto placebo analgésico, ya que al escribir sobre lo que nos molesta o desagrada obtenemos una satisfacción rápida asimilable a la del placebo.

La creatividad y la agilidad mental se ven igualmente favorecidas por el hábito de escribir. Si tienes muchas ideas en la cabeza acabas perdiendo alguna de ellas, porque el cerebro pivota entre ellas sin fijarse en ninguna. La escritura te ayuda a darles forma y a retenerlas, liberando espacio para otras nuevas ideas.

A su vez, el hecho de escribir implica un cierto interés por continuar aprendiendo. Nos hace más cultos e inteligentes. Lejos de ser la panacea a todos los problemas, escribir es un sencillo gesto que puede reportarte infinidad de satisfacciones.¿No crees?