Saber sacar el máximo provecho a nuestro rostro es algo que a todos nos interesa, aunque no siempre lo expresemos abiertamente. Si tus pómulos son sobresalientes, tus párpados caídos, tu mandíbula angulosa o tu rostro muy redondo debes saber que elegir la técnica de maquillaje adecuada puede obrar milagros. Si no me crees sigue leyendo.

Strobing versus contourning

Strobing, Baking, Contouring... si todas las técnicas de maquillaje te parecen iguales estás muy equivocado. El strobing trata de redefinir o amplificar determinadas zonas a través de la aplicación de iluminadores o tonos más claros.

Se trata de agrandar visualmente o redefinir las áreas más deslucidas de nuestra cara para suavizar nuestras facciones. Generalmente suele aplicarse sobre el lagrimal, los pómulos, el nacimiento de la nariz, la barbilla, el labio superior o las sienes.

El baking pretende disimular las orejas a través de correctores y el contouring, como puedes suponer por su nombre, busca remodelar el contorno del rostro. Todas estas técnicas son complementarias y van reciclándose con el tiempo.

Sin embargo, el strobing es desde hace varios años la predilecta de las celebrities a la vista de sus increíbles resultados. Aunque requiere cierta destreza, consigue resaltar los puntos de luz de nuestro rostro disimulando las faltas de armonía.

Si no conoces esta técnica, lo entenderás mejor si te digo que aplicando iluminadores en el entrecejo, el hueso de las cejas o en el arco de cupido logramos camuflar unos ojos pequeños o unos párpados caídos. Si tu cara es muy redondita, conseguirás dotarla de mayor proporcionalidad aplicando esta técnica de "iluminar con destellos" sobre la frente, la nariz y el mentón.

¿Sirve para todos?

Hay que decir que resulta más adecuada para las pieles claras, ya que el efecto será más natural. Por tanto, siempre debe ser acompañado de un maquillaje suave y ser aplicado bajo la luz natural para no sobrecargar. No es la mejor opción si llevas un maquillaje con purpurina o con efectos metálicos.

Tampoco debemos abusar del strobing si nuestra piel es grasa, presenta tendencia al acné o tenemos arrugas pronunciadas.

El resultado podría ser justo lo contrario a lo que buscamos, ya que estaríamos agravando nuestras imperfecciones en lugar de disipándolas.

Si te animas a probarla y has contorneado tus pómulos no olvides acompañarlo de iluminadores en la barbilla y las sienes para conservar la naturalidad que persigues.