Llaman a tu puerta. Es el Cáncer. Se presenta con nombre y apellidos: cáncer de mama
Una vida normal, una vida prácticamente sana, una vida como la de otras muchas personas; en resumen, una vida. Una vida que no sabrás si te será arrebata o no en el momento en el que te comunican que tienes cáncer porque lo primero que piensas es: ¿me moriré?. Es duro, pero tu lo eres más y podrás ganar la batalla o por lo menos lo vas a intentar.
Hoy quiero hacer un pequeño homenaje a todas esas mujeres que día a día se enfrentan a esta horrible enfermedad. He podido comprobar con mis propios ojos el dolor que se llega a sentir; dolor tanto sentimental como físico porque si fuera solo uno de los dos sería algo más ameno, pero no, en este caso el dolor es doble y cuando estos dos tipos de dolor se unen te destrozan por completo pero aún así te quedan fuerzas, ¡increíble lo sabio que es el cuerpo humano!
Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que la única opción que te queda es serlo. Siempre creemos que a nosotros no nos va a pasar nada malo, con malo me refiero en este caso a llegar a padecer un cáncer, porque eso está muy lejos, fuera de nuestro alcance, pero este es un pensamiento equivocado ya que nunca sabes que tienen preparado para ti.
Así pues, ellas, las afectadas, pasarán por varias fases: primero llega la "gran" noticia; después el momento del llanto, del derrumbamiento de la persona que lo padece y de todas aquellas que se encuentran a su alrededor; luego se llenan de fuerza y por último comienza la batalla sin saber cuál será el final.
Es de admirar cómo una persona que creía ser débil de repente se convierte en la más valiente.
Es increíble cómo esa persona que tenía miedo a la muerte hace que ésta se convierte en su aliada: si no puedes con el enemigo, únete a el (lo vencerás).
Un fuerte aplauso para todas aquellas personas que han padecido, que padecen y que padecieron esta enfermedad. Hoy va dirigido a ellas, porque se lo merecen, porque no hay mujer más luchadora que tú, porque no te rindes aunque en un principio creas que lo vas a hacer pero finalmente no, porque a pesar del dolor físico y mental que sentiste, sientes o sentirás sigues ahí, al pie del cañón sin dejar que el dichoso cáncer que un día llamó a tu puerta vaya a vencerte, porque brindas tu fuerza y das ánimos a los que están a tu alrededor aunque a ti ya no te quede ninguna de las dos, porque tienes la capacidad de reírte aún cuando tu alma llore pero sobre todo porque luchas hasta el final sin perder la esperanza ni un solo instante.
Desde luego, eres admirable, mujer. La más valiente de todas.
Lucha hasta el final aunque no sepas cuál será, pero demuéstrate a ti misma que derrochas fuerza y valentía por los cuatro costados, mi héroe.