En mi anterior artículo hablé de los nombres mágicos, hoy haré referencia al vampirismo energético.
Casi con toda seguridad cualquier persona que tenga alguna relación con el mundo mágico, sea Mago o no, ha escuchado alguna vez algo sobre los vampiros energéticos.
Es un tema interesante pues, la mayoría de estos “vampiros” son inconscientes de su “poder”, pero son dependientes de él y como su nombre lo dice, un “vampiro” absorbe algo de las personas que no es otra cosa que energía.
¿No te resulta a veces cansino conversar con alguien? ¿No te sientes inseguro con alguien que tiene una presencia intimidante? O ¿adoras estar con una persona que es agradable y divertida pero cuando llegas a casa sientes que te han molido a palos?
El vampiro energético es una persona que absorbe la energía de su entorno y de alguna manera le saca provecho… En la mayoría de los casos son personas que no son consientes del daño energético que hacen pero, existe un grupo más reducido que se han percatado de su facultad energética y lo usan a voluntad. Estos son los más peligrosos.
Usualmente estas personas son fáciles de identificar porque tienen características muy peculiares: Se interesan por ellos mismos y no le importa el entorno.
¿Quién no conoce una persona que pasa la vida dando lástima y viviendo de ella? O ¿no han tenido nunca un jefe autoritario que humilla sin motivo? ¿o maestros? ¿o amigos? ¿O los lamebotas, personas que pasan todo el día a la sombra de alguien engañándola con halagos para sacar beneficios?
El vampirismo energético es mucho más común de lo que uno pensaría y, en muchos casos, todos caemos en algún momento en esta dinámica buscando algo que necesitamos. Sin embargo, el verdadero vampiro, el que preocupa, es el que pasa su vida drenando la energía de sus semejantes.
Casos de vampirismo energético natural e inofensivo.
Pero no todo vampirismo energético es malo, los niños o ancianos son dos ejemplos de vampirismo energético realizado de manera inconsciente.
¿Por qué piensas que cuidar niños resulta tan cansino? Los niños necesitan siempre energía para sus actividades.
Con los ancianos ocurre otro tanto, pero en este caso es que ellos necesitan esta energía para auto sustentarse, ¿un viejito que se levanta de la cama cuando viene de visita su familia? ¿Una enfermedad que mejora súbitamente por cuidados? Los cuidados ayudan pero muchas veces lo que cura es el estado anímico.
La verdad irrenunciable que yace es que el vampirismo energético existe, aunque no creamos en él, aunque no creas en Magia… Sin embargo, cuidar niños suele ser una experiencia agotadora y las personas tóxicas siguen existiendo.
¿Cómo cuidarse del vampirismo energético?
Considero que el primer paso, y el más importante en este tópico, es creer en nuestra intuición, muchas veces el sexto sentido sabe lo que la mente no comprende.
El segundo, es intentar mantener una distancia cuando sea posible de estas personas, unos dos metros suele ser suficiente para que no entres en su radio de acción.
Pero cuando esa persona es alguien que no podemos evitar…
Si es un hijo o un anciano, pues lo natural es que colaboremos con ellos, no es intencional y ellos lo necesitan. Se puede entender como si fuera el cariño.
Ahora, nunca está mal que hagamos prácticas para apertura y cierre de chakras a nuestra voluntad, esto al menos nos permite controlar el proceso. ¿Un ejemplo? Podría ser un curso de Reiki. Esto quizás haga que ese jefe “molesto” incline su mirada a otra parte porque no puede absorber de ti la energía que busca.
Un dato adicional,
Si nos conocemos y aprendemos de nuestros chakras, nos será más fácil armonizar con nosotros mismos. Esto también nos ayudaría en lugares donde las energías son muy pesadas y se sienten en el aire, que no necesariamente es vampirismo… ¿Un ejemplo? Un cementerio.