Llega el buen tiempo, suben las temperaturas y llega el momento de disfrutar del sol y ponerse moreno/a.
No podemos negar que tomar el sol tiene muchos beneficios para nuestra salud como son favorecer el metabolismo de los huesos, favorecer la síntesis de la vitamina D, activarnos y hacer que nos síntamos mejor psicológicamente.
Pero, un exceso puede provocar serios problemas y todo por ponernos morenos (que es una reacción bioquímica de nuestra piel como defensa ante la radiación solar).
Hay dos tipos de radiaciones:
A. Rayos UVA que son los culpables del daño celular, de que la piel se envejezca antes y la aparición de alergias al sol.
B. Rayos UVB que son los causantes del deseado bronceado y que causa daño celular, quemaduras, ayudan a realizar la síntesis de la vitamina D o la inmunosupresión.
Pero, una exposición excesiva a ambos provoca daños serios en las células y la formación de radicales libres, lo que provoca que nuestra piel se envejezca.
Pero, ¿cómo podríamos ponernos morenos/as, sin poner nuestra salud en riesgo?
- 1. Realizar una exposición directa de 30 minutos al día, como mucho. Y, siempre, evitar las horas centrales del día que son las más peligrosas (entre las 12 horas y las 16 horas).
- 2. Utilizar siempre crema solar, pase lo que pase. El factor debe ser alto, entre 30 y 50+. Y jamás, si es la primera vez que nos exponemos mucho tiempo, la protección debe estar por debajo de 15. Recuerda que cuantas más pecosa y más blanca sea la piel más posibilidades hay de acabar quemados, con ampollas.
Podemos estar tranquilos/as ya que nuestra piel cogerá color usando protección solar, además lo hará de una manera uniforme y el tono será más dorado, más bonito, ya que la síntesis de melanina se va a hacer de una manera mucho más gradual.
Y evitaremos la anti-estética aparición de eritemas, que provoca que la piel aparezca enrojecida y que el bronceado no sea uniforme, además de que salgan manchas.
La aplicación del fotoprotector se debe realizar media hora antes de llevar a cabo la exposición solar para dar tiempo a la piel a absorber la crema y no olvidarnos de las zonas que son más sensibles, como son las orejas, los empeines y el cuello o la nariz (si se queman estas zonas, el dolor es muy incómodo).
Ponerse moreno/a es el gran objetivo de la gran parte de las personas que van a la playa, pero puede ser un auténtico riesgo para la salud y puede llegar a ser una experiencia muy desagradable