Posee el mérito de gozar de una gran popularidad. Incluso los más pequeños tan reacios "a lo verde" saben apreciar su agradable sabor y textura. El consumo habitual de guisantes aporta grandes beneficios para la salud, por lo que se recomienda incluirlos en la dieta. Además, en primavera es la única época del año en la que se pueden degustar recién cosechados.

Las múltiples virtudes de este vegetal

A nivel nutricional, los guisantes cuentan con una serie de propiedades muy valoradas ya que, entre otras, ayudan a rejuvenecer la piel, aportan energía a los músculos o reducen el colesterol.

  • Su riqueza mineral (hierro, potasio, magnesio y calcio) lo convierte en un alimento ideal para aumentar el rendimiento físico e intelectual y prevenir los calambres.
  • Ligero y saciante, su alto contenido en fibra lo hace muy recomendable para combatir el estreñimiento.
  • La gran cantidad de fibra soluble de los guisantes, ayudan a a disminuir los niveles de colesterol "malo" y regulan el flujo de azúcar en sangre.
  • La presencia de riboflavina en este alimento activa la regeneración cutánea y fortalece el cabello.

Fuera estrés

Al ser uno de los alimentos más ricos en vitamina B1, contribuyen a reducir el estrés y tienen un efecto sedante. De este modo, consumidos regularmente notarás que te cuesta menos conciliar el sueño, mejorará tu estado de ánimo y afrontarás mejor la tensión.

Congelados, una sana opción

Si se quiere disfrutar de ellos durante todo el año, una buena alternativa para aprovechar la mayor parte de sus nutrientes es congelarlos. De esta manera y si se escaldan previamente pueden conservarse en el congelador hasta un año.

Un aliado cosmético en el cuidado de la pie

El agua de guisantes es un remedio natural contra el acné.

Si además, le incorporamos manzanilla, lograremos desinfectar la piel evitando que salgan más granos. Para elaborar esta loción, se hierven en agua dos puñados de guisantes enteros con vaina. A continuación, se filtra y retirado del fuego se añaden tres cucharadas de manzanilla. Una vez se enfríe, ya se puede aplicar en el rostro, a poder ser unas tres veces al día.

Aparte de en casos de acné, también se emplea para aliviar los picores de los niños que sufren varicela. El agua fría resultante de cocer guisantes frescos se extiende sobre las zonas afectadas consiguiendo disminuir el desasosiego y así, al no rascarse, se evita que queden marcas.