Pablo Iglesias e Irene Montero siguen acaparando titulares por lo ocurrido a las puertas de su chalet en Galapagar (Madrid). El vicepresidente segundo del Gobierno y la Ministra de Igualdad residen allí con sus tres hijos y ambos no pasan su mejor momento tras ser acosados de forma insistente por los propios vecinos de municipio, a quienes han llegado a denunciar por instigar las protestas a las puertas de su chalet. La pareja ha confesado tener miedo por lo que está ocurriendo y acusan directamente a los que protestan de alterar la rutina de sus hijos menores.

Acusan de hostigamiento a Miguel Ángel Frontera por las protestas frente a su chalet

Fue Pablo Iglesias, el líder de Unidas Podemos el que declaró de forma telemática en los juzgados tener miedo, calificando de "hostigamiento" lo que le ocurre a las puertas de su vivienda con Miguel Ángel Frontera, a quien acusa directamente de ser el instigador de las protestas a las puertas de su chalet. El vicepresidente segundo del Gobierno alegó ante los tribunales de justicia que las protestas molestaban a sus hijos menores de edad, quienes tienen que escuchar "cómo insultan a su padre". En el caso de Irene Montero, corroboró la información dada por Pablo Iglesias asegurando que "alteran la vida habitual de sus hijos e incluso se despiertan por los gritos".

Alegan que el acoso afecta a sus hijos y a su rendimiento en el trabajo

Pero esto no es todo, pues la pareja de políticos asegura además que su vida está viéndose alterada debido a todo lo ocurrido a las puertas de su chalet, hasta el punto en el que sus amigos han dejado de ir a visitarles a su domicilio por este motivo. En el caso de Irene Montero asegura que no duerme bien y que esto le está afectando de lleno en su trabajo como Ministra del Gobierno de España.

Desde Unidas Podemos aseguran que Miguel Ángel Frontera es una de las personas más radicales y que han iniciado el acoso a la pareja de forma insistente desde hace algunos meses.

El acusado es condenado a una orden de alejamiento a 500 metros de Iglesias y Montero

Miguel Ángel Frontera fue demandado por Pablo Iglesias, quien lo acusó de algunos delitos como acoso, alteración del orden público, coacciones e incluso desobediencia a la autoridad, con pancartas como "Pablo Iglesias hijo de terrorista".

Ahora, Frontera ha sido condenado a una orden de alejamiento, sin poderse acercar a menos de 500 metros a la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero ni tampoco a comunicarse con ninguno de los dos políticos. En el juicio, Frontera ha reconocido abiertamente haber grabado subido a una piedra la casa de ambos políticos e incluso de acudir de forma reiterada a las puertas de la casa de Montero e Iglesias.