Gabriel Rufián no ha dudado en aprovechar la situación de alarma que vive el país para hacer una dura crítica a la Monarquía y a los militares que tratan de ayudar a los españoles en la lucha contra el coronavirus. Tanto Errejón como Baldoví han aplaudido la cacerolada que se ha organizado en contra del Rey emérito y que se ha promovido en varias redes independentistas y de ideología republicana.

En plena crisis sanitaria a nivel mundial, el independentismo no para en sus pretensiones separatistas. La pandemia del coronavirus no ha dudado en volver a sus habituales proclamas secesionistas y hoy mismo, en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, portavoz de ERC, ha querido desviar el tema y ha volcado toda su intervención en la polémica situación que existe sobre la Casa Real después de las últimas informaciones sobre las cuentas en paraísos fiscales de Don Juan Carlos.

Rufián también ha pedido reducir el presupuesto destinado a Defensa y ha asegurado que "los hospitales no necesitan militares, sino material para los sanitarios".



La sesión en el Congreso de los Diputados era solo para tratar la gestión de la crisis por el coronavirus

En medio de la comparecencia de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, durante la sesión monográfica que debía abordar únicamente la gestión de la crisis que está viviendo el país por culpa del coronavirus, Rufián aprovechó tanto su primera intervención como su derecho a réplica a las palabras del jefe del Ejecutivo para criticar y atacar duramente a la Corona Española.

A las críticas se han unido Joan Baldoví e Íñigo Errejón

Ya no sorprende que el diputado más polémico del Congreso de los Diputados utilice su turno para exceder todos los límites posibles, pero ha sorprendido que se han sumado a su posición dos políticos más: Joan Baldoví (de Compromís) e Íñigo Errejón (de Más País).

Los tres han apoyado una protesta que se ha promovido en las redes sociales como demostración de ir en contra de la Monarquía justo al mismo tiempo que tiene lugar el discurso de Felipe VI a la Nación por la crisis del coronavirus.

Esta semana ha sido muy complicada para el monarca. Tras la publicación de ciertas informaciones sobre las supuestas cuentas de Don Juan Carlos en paraísos fiscales (en medios británicos), Felipe VI decidió renunciar a la herencia de su progenitor y le ha retirado su asignación económica proveniente del dinero público, una excusa más para el independentismo o para el republicanismo.

Gabriel Rufián quiso recordar que "a las ocho nos veríamos en los balcones para aplaudir a las personas que nos dan y, a las nueve, con cacerolas para demostrar que estamos hartos de quien nos quita". Ni rastro de ninguna palabra sobre la crisis del coronavirus.

Además, son muchas las voces de ciudadanos que piden que la Corona anuncie que el Rey emérito done los millones de euros recibidos presuntamente de Arabia Saudí a los servicios públicos.