El líder de VOX fue el gran protagonista del debate de ayer, no por sus propias dotes, sino por la incapacidad de sus contrincantes de debatirle. Quizás por miedo, por falta de carisma o por otra razón que nadie entiende. Ayer VOX salió reforzado de un debate donde quedó claro que la política del Partido Popular (de no pactar con Sánchez) y del Partido Socialista (de no pactar con Unidas Podemos) sigue siendo la misma.
Abascal cargó contra el PSOE y el PP diciendo que son los culpables de la situación en Cataluña
Santiago Abascal, en un primer momento, había anunciado que iba a actuar durante el debate político por las elecciones del próximo 10N como si fuera un tigre, en clara contraposición al perrito Lucas que ha utilizado Albert Rivera para hacer propaganda de Ciudadanos, pero se presentó como un hombre sereno, tranquilo, un auténtico corderillo que buscaba gustar a los indecisos. Sin duda, una técnica asesorada por su equipo para evitar ahuyentar a esos millones de españoles que no saben a quién votar.
El candidato a la Presidencia por el partido de ultraderecha, VOX, se vio obligado a buscar su propio espacio a la hora de tratar la crisis de Cataluña, para que no se mezclase su discurso con el de Casado o con el de Rivera, apostando por recordar las concesiones llevadas a cabo, hace más de dos décadas, por el Partido Socialista liderado por Felipe González y el Partido Popular de José María Aznar.
En ambos casos, según Abascal, fueron los culpables al llevar a cabo concesiones al nacionalismo catalán liderado por Jordi Pujol y en aquella época se sembró lo que estamos recogiendo ahora mismo.
Abascal, que se estrenaba en un debate de este tipo, empezó mirando con firmeza a la cámara, siguiendo los consejos que le habían dado sus propios asesores, pero se fue relajando y acabó siendo mucho más natural. En ese momento, cuando se sintió verdaderamente cómodo, empezó a poner encima de la mesa los temas más complicados de la jornada como fue la exhumación del dictador Francisco Franco, al que se refería en múltiples ocasiones sin llegar a pronunciar su nombre.
El líder de VOX dio datos de dudosa fiabilidad sobre los disturbios en Cataluña, violencia de género e inmigración
Además, no tuvo problemas en utilizar datos falsos para lograr votos: sin despeinarse llegó a asegurar que la policía tenía prohibido utilizar el material antidisturbios durante los primeros días de la protesta en Cataluña; o que el 86% de las denuncias por violencia de género se archivan por ser falsas (cuando no llegan a 2% y en muchas ocasiones son por faltas de pruebas).
Y, lo más triste, ni Albert Rivera, ni Pablo Iglesias, ni Pedro Sánchez, ni Pablo Casado, fueron capaces de rebatir lo que decía. Igualmente, vinculó la inmigración de manera ilegal con el aumento de la delincuencia y aseguró que el 70% de los miembros de las conocidas como ”manadas” por violaciones en grupo eran extranjeros (no quiso revelar la fuente aunque aseguró que era otra periodista la que había confirmado este dato).