Argentina está viviendo un momento histórico después de las últimas elecciones presidenciales celebradas en el país latinoamericano. Alberto Fernández será el nuevo presidente del país después de ganar a Mauricio Macri. De esta manera, se inicia un nuevo período político en el país.

El líder peronista ya ha confirmado a los medios de comunicación del país que se reunirá este lunes con su rival para poder llevar a cabo un pacto que permita una transición de manera ordenada en el país.

La victoria de Alberto Fernández no ha sido tan abultada como vaticinaban los sondeos

La celebración en el país era esperada. Alberto Fernández será el próximo presidente. Incluso a las pocas horas del cierre de los colegios electorales, el propio Mauricio Macri confirmaba la victoria de su oponente con un resultado bastante amplio. Fernández ha conseguido el 48% de los votos, mientras que Macri se ha quedado en un 40,5%. Eso sí, finalmente, y a pesar de lo que indicaban los sondeos, la derrota del actual presidente no fue tan severa como se esperaba.

Con esta victoria, la ex presidenta Cristina Fernández vuelve a la primera línea de la política, ya que Alberto Fernández la ha presentado como su vicepresidenta. Macri ha comunicado que quiere desayunar con su rival este mismo lunes para empezar a organizar todo lo necesario a lo largo de estas seis semanas de transición hasta el próximo 10 de diciembre.

Fernández, ante la gran multitud peronista que celebraba su victoria, ha querido dejar claro que tiene "un gran reto por delante". El político argentino quiso recordar que "vienen tiempos complicados para el país" y ha vuelto a prometer que va a gobernar "para todos los ciudadanos, para la gente de a pie".

Macri acepta su derrota, felicita al futuro presidente y se ofrece para cooperar entre ambas fuerzas

El resultado electoral fue mucho más "diplomático" de lo esperado. Ganó Alberto Fernández, pero no llegó a arrasar como se esperaba, lo que ha permitido que los defensores del macrismo se levanten como una oposición fuerte. Igualmente, ha sorprendido el comportamiento tanto del propio Macri como de Fernández, que ha sido mucho más relajado de lo esperado. Todo lo contrario sucedió hace cuatro años, cuando Macri tomó el relevo de Cristina Fernández de Kirchner y ésta se negó a ceder, de forma personal, todos los símbolos del presidente de Argentina a su sucesor.

En este caso, ambos rivales han dejado a un lado su antipatía y se han mostrado dispuestos, en todo momento, a trabajar juntos para sacar adelante el país. Hay que recordar que Argentina está viviendo uno de sus peores momentos a nivel económico, con una profunda crisis que ha llegado a un verdadero punto crítico.