Para el periódico El Mundo, según publicaba en su suplemento Crónica de esta semana, la foto de las vacaciones del presidente Sánchez no ha sido este año la del socialista paseando por Doñana, sino la de 17 fardos de hachís enterrados a apenas un kilómetro de su residencia estival, el Palacio de las Marismillas.

Desde que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, empezara su particular batalla contra el narco en El Estrecho, los traficantes usan como ruta alternativa el río Guadalquivir. En su desembocadura, las arenas del Parque Nacional de Doñana son un escondite perfecto para guardar la droga.

Tal y como cuenta el rotativo de Unidad Editorial, hace poco menos de un mes, un clan recibió el encargo de llevar un cargamento de hachís hasta Isla Mayor, en Sevilla. En el Puerto de Bonanza de Sanlúcar de Barrameda, dividieron la carga en dos lanchas. Una de ellas, con 530 kilos repartidos en 17 fardos, paró en Doñana tras recibir el chivatazo de que Vigilancia Aduanera patrullaba por la zona.

Los narcos no contaban con el amplio dispositivo de seguridad de Sánchez

Entonces, los traficantes se adentraron en el bosque y decidieron guardar la droga bajo un pino, cerca de los terrenos conocidos como La Pancha.

El día 9 de agosto, Pedro Sánchez y su familia llegaron en coche hasta Sanlúcar y se dirigieron al Palacio de las Marismillas, un residencia propiedad del Estado en la que han querido descansar este verano. Allí, el presidente del Gobierno en funciones está ampliamente protegido por unos 20 agentes del Grupo Rural de Seguridad de la Guardia Civil.

Debido al espectacular dispositivo, los narcos no podían recoger el hachís enterrado en Doñana días antes.

Y es que los 530 kilos de droga se hallaban a menos de un kilómetro del palacio vacacional del líder del PSOE.

El 20 de agosto, Sánchez cumple 11 días de veraneo pendiente del 'Open Arms', el incendio de Gran Canaria y los contactos entre su equipo y el de Podemos de cara a la investidura. Mientras, la Agencia Tributaria aprehende 3.600 kilos de hachís en un pesquero de 14 metros en Sanlúcar.

El pasado miércoles, el hachís seguía enterrado junto al presidente

Algunos traficantes de la provincia de Cádiz han contado a El Mundo que los enterrados cerca de Las Marismillas "no son los únicos fardos escondidos por esa zona", asegurando que algunos "acababan bajo los campos de arroz del paraje natural".

Estos días, el tema de conversación entre ellos no es otro que la anécdota de los narcos enterrando fardos al lado del Palacio.

Pedro Sánchez abandonó el pasado miércoles la residencia para viajar a Gran Canaria y comprobar los daños del fuego. Según el mencionado periódico, ese día, los 17 fardos de hachís seguían enterrados a menos de 1.000 metros del presidente, aunque lo normal es que, con la marcha de la familia presidencial a Madrid, no permanezcan mucho más tiempo escondidos. El hachís allí guardado habría salido del norte de Marruecos.